viernes, 22 de abril de 2011

LA GUERRA DE LIBIA Y SU TRASFONDO


LA GUERRA DE LIBIA Y SU TRASFONDO

I.EL MARCO CONTEXTUAL
La rebelión de los pueblos del Mundo Árabe traerá enormes consecuencias en el escenario mundial. Seguramente avanzara hacia África y no es imposible que el efecto-contagio afecte severamente a China. Cabe la hipótesis que la onda expansiva llegue a Latinoamérica, allí donde los EE.UU. y la elite del poder local se obstinan en perpetuar políticas económicas neoliberales que profundizan una abismal brecha social entre riqueza-opulencia y pobreza extrema. Esta crisis, aunada a las ya existentes, impactara estremecedoramente la economía, el comercio y las finanzas mundiales. Afectara trágicamente la paz y la seguridad global, generando una, dos, tres y quizás más guerras devastadoras, dentro y fuera del mundo árabe y musulmán. Como en los tiempos que antecedieron la revolución francesa, soplan vientos de cambios de alcance universal y la rueda de la historia nos enseña que son indetenibles e irreversibles, Sabemos que han llegado para mundializarse, pero cuando de procesos sociales complejos se trata, nunca se puede predecir con exactitud qué tipo de nuevos regímenes terminaran copando el poder.
II.  LA UTOPÍA DE UN PROYECTO DE DOMINACIÓN
El “Proyecto para un Nuevo Siglo Americano”, también conocido como el “informe 2,000” fue el documento insignia ideado por los guerreristas neoconservadores para mundializar el imperio estadounidense durante la presidencia de Georges Busch hijo y, estaba basado en la doctrina de “la guerra preventiva con carácter global y permanente”. En pocas palabras el proyecto dice que, “si el siglo XX fue el siglo americano, el siglo XXI también deberá serlo”. Para ello es necesario entrar en nuevos escenarios de guerra múltiples y simultáneos con una superioridad tecnológica abrumadora frente a países medianos, pequeños y débiles pero sumamente estratégicos. Barak Obama hace suya esta tesis del complejo militar-industrial, la aplica con el celo y la rigurosidad belicista de su antecesor porque el personaje (Obama) era el hombre cuidadosamente escogido por los grandes grupos corporativos de poder, para ser electo y cumplir con este designio imperial.  Y lo está haciendo con domesticidad perruna, en consonancia con un abaratado Premio Nobel que tuvo la osadía de recibir para luego propinarle el golpe de gracia. Como lo confirma la ley de la historia, los imperios desde la antigüedad hasta nuestros días terminan involucionando, desplomándose y estallando en pedazos. El imperio americano no es la excepción y ello será más temprano que tarde.

III. LA HORA DE LAS MASCARAS
Con la finalidad de arropar con un manto de legalidad y honorabilidad una acción militar imperial contra Libia (país árabe norafricano) los EE.UU. y sus aliados piden al Consejo de Seguridad de la ONU la autorización para aplicar una zona de exclusión aérea, destinada a “proteger la población civil libia” de los despiadados ataques de la aviación y la artillería pesada de Khadafi. El Consejo de Seguridad de la ONU se apresura a otorgarla mediante la resolución 1973, la cual otorga al eje franco-anglo-americano un amplio margen de acción militar. La excusa piadosa es que se trata de una intervención  humanitaria para salvar vidas de civiles libios inocentes o no-beligerantes. La tesis de la guerra humanitaria es un viejo justificativo aplicado anteriormente por EE.UU. y la OTAN en países de sensible importancia economica y donde generalmente hay en perspectiva un jugoso botín de guerra por disfrutar. Irak es el vivo ejemplo de ello. La Unión Europea, la Liga Árabe y la Unión Africana avalan el pedido, siendo la Francia de Sarkozy el primero en atacar con inusitada ferocidad. “Los amigos íntimos de hoy suelen ser los peores enemigos del mañana”- reza un viejo y sabio proverbio. Según Isaf Islam Khadafi, hijo predilecto del líder libio y el hombre que mueve la mega fortuna de su padre, la campaña presidencial de NICOLÁS SARKOZY fue enteramente financiada por MUHAMMAD EL KHADAFI y dice tener las pruebas documentales. Aunque esta afirmación es en extremo grave y temeraria, no deja de ser sorprendente que sea Sarkozy quien buscase obsesivamente la eliminación de Khadafi, bien antes de que el mundo se enterase del supuesto hecho consumado.

IV. POLICÍA DEL MUNDO POR ENCIMA DEL DERECHO INTERNACIONAL
De más esta señalar que un “mandato o autorización de la ONU” es lo que menos preocupa a la superpotencia norteamericana y sus aliados. Solo se trata de una formalidad y apariencia para encubrir las verdaderas intenciones. Como lo confirma la desdichada experiencia iraquí, los EE.UU. se reservan “el derecho” de desatar un ataque unilateral e inconsulto, pasando por encima de la ley internacional  y congruente con la Doctrina Busch, este puede tener lugar en cualquier punto del mundo, con o sin el mandato de la comunidad internacional.  Esto se explica por los siguientes motivos: Washington persiste en ignorar el inevitable advenimiento de una arquitectura internacional basada en un mundo multipolar y ya no unipolar, por el complaciente sometimiento de una ONU estructuralmente anticuada y a Secretarios Generales con carácter débil y pusilánime, usualmente escojidos e impuestos por la Casa Blanca y sus aliados para servir sus intereses, por el déficit crónico de la ONU y su aguda dependencia de los aportes financieros de EE.UU. principalmente. No obstante, es menester destacar que en el caso de LIBIA, Estados Unidos salió con el pie izquierdo porque esta vez no hubo unidad de criterios y de acciones entre Washington y Bruselas (la OTAN), lo que aparentemente convierte la aplicación de la resolución 1973 en una aventura política y militar en extremo riesgosa o destinada a fracasar. Por otro lado, Washington y Bruselas (OTAN) subestimaron la  la voluntad de Khadafi de resistir y vencer contra viento y marea. Peor es el hecho que la inteligencia estadounidense no supo evaluar con antelación a la “zona de exclusión aérea”, la capacidad operacional del ejército libio y su habilidad en la guerra de movimiento.
V. EL COSTO ECONÓMICO Y SOCIAL DE LA GUERRA DE LIBIA Y LA AGENDA GLOBAL
La aeronáutica militar norteamericana inicia contra Libia la operación “odisea al amanecer” en el peor momento de la crisis económico-financiero que aflige dolorosamente la sociedad norteamericana: un problema fiscal acuciante y una deuda nacional creciente que, según los mas connotados economistas estadounidenses, ya superaría con mucho el PIB del país. En consecuencia el tejido social se ha erosionado a tal extremo que ha sumido a 40 millones de ciudadanos en  estado pobreza absoluta, clase media incluida. Entretanto, se reduce dramáticamente el gasto público y social, se congelan salarios, jubilaciones y atención médica para los más vulnerables, con el propósito aumentar el presupuesto de defensa, destinado a las guerras de conquista. El Departamento de Defensa estima que el costo de lanzamiento de los misiles "tomahauk" llega a US$100 millones diarios; si tomamos en cuenta que el programa de lanzamientos fue de 500 misiles durante tres semanas, ya se habría posiblemente gastado unos US$ 5,000 millones. Suficiente para incentivar la empleomanía en Illinois, el Estado más quebrado de EE.UU. Si la operación se prolongase durante unos cuatro (4) meses más, el gasto se cuadriplicaría, empeorando así las condiciones de vida y de trabajo del pueblo norteamericano. Esto sin hablar que el costo de despegue de un avión de combate USA F-16 o un Tornado británico cuyo solo costo de despegue es de US$50,000 dólares y el salario-hora de un piloto calificado tiene un costo adicional. El costo de un misil “Tomahauk” (según su potencia) fluctuaría entre los US$450,000 y 700,000 por unidad. El costo para las menguadas economías europeas de los bombardeos de la OTAN se cifraría en unos 4 millones de euros diarios. Khadafi está demostrando además de ser un temible guerrero, también un astuto zorro del desierto. Sabe que el tiempo obra en su favor; entre mas dilata la guerra mayores serán los problemas de los aliados para salir airosos del conflicto. Pese a que los misiles “tomahauk” poseen extrema precisión y alto poder destrucción, hasta ahora no han logrado hacer mucha mella en el potencial libio. En la teoría como en la práctica de la ciencia militar, una guerra ha de ganarse en corto plazo o no se ganara nunca. La prolongación de la misma es el peor de los escenarios.
Lo cierto es que el ataque aliado a Libia confirma la voluntad enfática del complejo militar-industrial estadounidense en crear múltiples y simultáneos escenarios de guerra. Libia es tan solo un eslabón mas en la cadena de guerras imperiales previstas para ejecutarse según un riguroso plan calendario en los próximos cinco (5) años. La agenda imperial prevé la toma, el control absoluto y la propiedad legal de no menos del 60% de los recursos energéticos existentes en el Golfo pérsico, Asia central ex soviética, Asia del sur y meridional, África y América latina. El Plan maestro del complejo militar-industrial estadounidense anticipa que, además de las reservas energéticas en el Tercer y Cuarto mundo, los EE.UU. deberán controlar en forma exclusiva la inmensa mayoría de los oleoductos y gasoductos, lo que hará indispensable el total dominio a escala planetaria de los pasos y estrechos marítimos que gobiernan las rutas de transportación y distribución de energía a Occidente. El plan de dominio imperial mundial comprende, en igual medida que los energéticos, a la captura y el control “manu militari” de los acuíferos (agua) pertenecientes a países débiles, fallidos y considerados inferiores.
VI. LA GUERRA DE LIBIA Y LOS INTERESES EN JUEGO
“La guerra humanitaria” de USA-OTAN en Libia busca adueñarse de las enormes reservas de petróleo, gas y agua existentes en el subsuelo libio. Por otro lado, recuperar y reposicionarse en la antigua y más grande  base militar de EE.UU. en África del Norte, WEEELUS AIR FORCE, otrora sitio de pruebas de lanzamiento de misiles de precisión, ubicada a tan solo 25 km de Trípoli, capital de Libia. Además quieren la antigua base británica de TOBRUK, famosa porque cayó en manos de los ingleses luego de la histórica batalla de EL-ALAMEIN donde el general ingles Montgomery venció al ÁFRICA KORPS del célebre Mariscal alemán Rommel.
 Veamos ahora la radiografía de esta gigantesca riqueza que enloquece las empresas corporativas transnacionales norteamericanas y europeas y quita el sueño al complejo-militar industrial, centro nervioso del Imperio;  
a). Según fuente de Oil and gas Journal, Libia es la primera economía petrolera de África  (por encima de Argelia y Nigeria)  y la novena del mundo. Representa el 3,5 % de las reservas mundiales, con una reserva probada de 60,000 millones de barriles, en tanto que la reserva de gas ascendería a unos 1,600 millones de metros cúbicos. La producción diaria libia oscila entre 1,3 y 1,7 millones de barriles, pero con una capacidad real de incremento muy mayor. Las más grandes compañías petroleras del mundo están allí presentes (anglo-americanas, francesas, italianas, holandesas, alemanas y españolas);  pero entre todas ellas destaca la gran transnacional de China (CNPC) que cuenta con más de 30,000 técnicos en el país norafricano. China por si sola importa el 11% del petróleo libio, la Unión Europea consume el 85% de ese petróleo, siendo Francia, Alemania e Italia los más dependientes del país de Gadafi. Italia en especial consume el 30% de las exportaciones libias y depende del 10% del gas libio bombeado a través del gasoducto “greenstream” que cruza el mar mediterráneo.  Tal es la fortaleza energética económico-energética del país libio y Washington parece resuelto a apropiarse de ella.
b). Tras la captura de tan enorme riqueza energética, las tasas gananciales de las multinacionales petroleras angloamericanas y francesas se perfilan como más que geométricas. Si se toma en cuenta que el ultimo aumento del crudo al 30 de marzo, llego a US$108,00 el barril (Texas Intermediate entregable en mayo) y que  el costo de producción del barril libio es sumamente barato y competitivo- US$1.00 (un dólar aproximadamente), las corporaciones extranjeras tendrían una fantástica utilidad de unos US$ 106,00 el barril de crudo.   Entonces de ganar el eje USA-OTAN la guerra, desaparece el clan Gadafi y se instalaría un régimen neoliberal de incondicional obediencia norteamericana. Los costos de la guerra (operaciones navales, bombardeos aéreos, acciones conexas de inteligencia y otras), serian entonces compensados con creces por los fabulosos réditos obtenidos de la apropiación piratesca del petróleo y el gas libio. No estamos considerando aun los pingues beneficios derivados del negocio de la reconstrucción del país, la venta de armas norteamericanas y el secuestro de los bienes, fondos e inversiones libias en EE.UU., Canadá y Unión Europea.  El negocio sería mucho más lucrativo que el de Irak.
c). Hay tres consideraciones sumamente importantes en el análisis de la guerra diplo-militar de EE.UU. contra Libia. La primera, es que la guerra se hace con la idea que el “botín de guerra” ayude la economía estadounidense a recuperarse rápidamente de la terrible crisis económico-financiera de 2008. La segunda es un soñado designio de orden geopolítico y que consiste en acabar con la presencia petrolera de China en Libia (su gran competidor y probablemente su enemigo acérrimo a futuro), Se trata de afectar seriamente el crecimiento económico nacional (PIB) borrándola del comercio energético con África del Norte. La tercera es que apropiándose del petróleo libio, EE.UU. usara su poder hegemónico para debilitar y/o desestabilizar la OPEP (Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo) forzando a una baja de precios, al mismo tiempo que tratara  producir daño a Venezuela.
d). Todos sabemos que las grandes guerras del siglo XXI se libraran prioritariamente por el control del AGUA. Resulta que el reseco desierto del Sahara libio alberga grandes acuíferos fosilizados a solo 500 metros de profundidad, agua subterránea fresca y pura aprisionada allí desde hace millones de años desde la era de la glaciación (posee entre 10,000 y 12,000 km cúbicos en solo uno de los sitios). El control del Sistema Acuífero de Piedra Arenisca de Nubia y Ogallala y el proyecto ya terminado y en funcionamiento, llamado el gran rio artificial libio cuya agua es extraída de los grandes mantos de aguas subterráneas libias. Ese rio artificial es ya una fijación en Washington por cuanto es objetivo y pasto de conquista. En un mundo cada vez más sediento y urgido del agua que se está agotando a una velocidad impresionante; ya solo queda un 2% de agua dulce en el planeta mientras que  1,400 millones de seres humanos languidecen sin el vital liquido. Washington cree que la prevalencia del imperio y su dominio global están estrechamente vinculados al control y privatización del agua fresca y la toma de posesión de los mantos acuíferos en el mundo, por la fuerza militar. Ciertamente no permitirá jamás que Libia disfrute soberanamente de ese precioso recurso natural finito (no renovable). Por supuesto, además de EE.UU., el gran beneficiado será el Estado de Israel.

VII. EL EXPANSIONISMO DE EE.UU. EN EL CORTO PLAZO
 La obsesión de EE.UU. es el control absoluto del agua, energía, alimentos y minerales estratégicos de hoy a 2015. Pero la agenda de expansión imperial tiene objetivos que van más allá del control de África del Norte, Medio Oriente y la Península  Arábiga. La guerra de LIBIA guarda una estrecha conexión con el desplazamiento del dispositivo militar estadounidense hacia EL ÁFRICA CONTINENTAL. El instrumento para ejecutar dicha agenda es el AFRICOM (Comando de los Estados Unidos para el África), el cual tiene ya preparada la  hoja de ruta y el plan operacional para capturar mediante la violencia armada las riquezas del continente negro arriba mencionadas. Para ello tiene que frustrar o descarrilar la realización de las demandas económicas y sociales de los pueblos insurrectos del mundo árabe y, simultáneamente, derrocar gobiernos de países africanos en la mira. No dudaran en lanzar el inmenso poder militar del AFRICOM contra los países que presenten signos de reticencia o resistencia. África es presa fácil, ya que casi todos los Estados de la región muy débiles económicamente y fragmentados étnicamente. Baste decir que la conquista del continente africano es considerado de vital importancia para la realización exitosa del mencionado informe 2000: Proyecto para un Nuevo Siglo Americano.
VIII. EL ENTORNO GEOESTRATÉGICO DE LIBIA
Para empezar, los objetivos escogidos del imperio son precisamente los cuatro (4) países subsaharianos, situados en la frontera sur de Libia, los cuales aunque paupérrimamente pobres y hambrientos, son de suma importancia estratégica para  Washington. Ellos son  NÍGER, CHAD, SUDAN Y MALI.  NÍGER es el tercer productor de uranio del mundo y dispone considerables reservas. Tanto grandes como medianas potencias están ávidas de adquirir ese mineral superestrategico para alimentar centrales nucleares y construir un poder atómico.  SUDAN es actualmente un importante productor de petróleo de extracción barata y alta calidad, mientras que CHAD es potencialmente un proveedor petrolífero significativo para el mercado mundial, tanto así que las estadounidenses ExxonMobil y Chevron ya tienen intereses allí y acarician un monopólico proyecto de oleoducto y para ello deben contar con la protección del AFRICOM. MALI por su lado, comparte el infortunio de la aberrante pobreza de los demás, pero los satélites espaciales de EE.UU. ya han detectado la presencia de grandes yacimientos de oro, importantísimos para fortalecer el dólar estadounidense y ponerlo en manos de agencias de especuladores y “banksters” de toda especie, En fin, Washington quiere esta abundante riqueza para sus corporaciones y lo quiere todo sin compartirlo con nadie. LIBIA es la puerta de fácil acceso geográfico a estos países de África Central y de allí la importancia de sacar  del poder al clan Khadafi y adueñarse en primer lugar de los recursos naturales y del destino político del país libio. Creemos que si la batalla por Libia es ganada por el imperio y sus aliados, el próximo objetivo será ARGELIA  (segunda economía petrolera africana) y muy a pesar que el régimen de Abdel Aziz BOUTEFLIKA es un gran amigo de EE.UU. (es un hombre del periodo de la Guerra Fría no confiable) y habrá de ser reemplazado por una nueva generación de jóvenes dirigentes neoliberales,made in USA”, antes que el fundamentalismo islámico se convierta en actor político principal.
IX. OBJETIVOS GEOPOLITICOS DE EE.UU. EN ÁFRICA
Este tema es de relevancia fundamental para entender la expansión del imperio estadounidense al África Negra. En la visión de EE.UU. hay cinco razones de fuerza mayor para hacerlo con mano férrea:
1. Aunque sea un aliado importante dentro y fuera de la OTAN, los norteamericanos ven a Francia como un estorbo en África para los planes imperiales estadounidenses. Creen que ha llegado la hora de desplazar a los franceses de su tradicional dominio o esfera de influencia africana, piensan que Estados Unidos deben ocupar su lugar, liquidar por completo o reducir al mínimo la presencia de quien en  un tiempo fuese el gran imperio francés en África. Paris está consciente de ello y es la razón por la cual el Presidente Sarkozy está atacando en Libia, interviniendo militarmente en la crisis de Costa de Marfil, en África Occidental y practicando una diplomacia proactiva y agresiva a nivel mundial.
2. Como ya lo hemos dicho antes, Washington está consciente que más temprano que tarde la confrontación de intereses con China será inevitable, pues considera la agresiva presencia economica, comercial y financiera en África, Mundo Árabe y América Latina como un desafío y una amenaza inaceptable. Observa a China como un intruso que hay que expulsar, arrinconar y privarla del acceso al petróleo, los minerales estratégicos, los alimentos y la adquisición de tierras ajenas para producir comida a expensas de los Estados Unidos. Para ello EE.UU. debe controlar todo el petróleo africano en un plazo de 5 años de tal manera a impedir que el PIB chino siga creciendo y llegue a rebasar el de Estados Unidos en ese lapso de tiempo. Piensan que es cuestión de vital importancia frenar AHORA el impresionante desarrollo económico y tecnológico de China, base del inquietante avance de sus programas de Defensa Nacional. Los halcones de Washington exigen poner un freno a los progresos del gigante asiático, dado que está construyendo aceleradamente una moderna flota aeronaval con presencia en los siete mares del mundo, está registrando impresionantes avances en la carrera por la conquista del espacio cósmico, la puesta a punto de sofisticados sistemas de inteligencia satelital, así como la producción de misiles estratégicos de largo radio de acción (ICBM) y capaces de asestar golpes nucleares efectivos en todo el territorio de EE.UU.  El Pentágono cree que esto debe hacerse ahora mientras el balance militar de fuerzas comparadas es aun abrumadoramente favorable a EE.UU. En otras palabras, la tarea urgente es aislar (en la medida de lo posible) a China del acceso a los hidrocarburos y las materias primas claves de los países de Tercer Mundo y Cuarto Mundo, antes que sea demasiado tarde y China logre el equilibrio tecnológico, rompiendo así la actual superioridad militar estadounidense.
3).  Para convertir tales designios en realidad, Washington cuenta con EL AFRICOM, formidable maquinaria de guerra para la conquista del África Negra, lo cual le permitirá la consecución de tres objetivos de corto plazo:  a).  la instalación y control de gobiernos y ejércitos locales de incondicional obediencia norteamericana. b). la ocupación del Golfo de Guinea y sus territorios repletos de petróleo-gas y materias primas superestrategicas en este siglo XXI.  c). la balcanización o fragmentación de los Estados en rebeldía o no-proclives a colaborar con Washington, tal como se hizo con la partición norte-sur de Sudan (esto incluye la invitación a China a hacer sus maletas, a la vez que se cancelaran sus contratos petroleros o mineros concedidos anteriormente). c). El redibujo de un nuevo mapa geopolítico del continente negro, destinado a repartirse con  Gran Bretaña un muevo tablero colonial, a la vez que se borraran las viejas fronteras imaginarias establecidas por la Conferencia de Berlín de 1884 (siglo XIX). El reparto del nuevo pastel colonial será garantizado por el poder de fuego del AFRICOM y La OTAN.
X. KHADAFI Y LA REVOLUCIÓN LIBIA.
27 años de edad tenia Khadafi cuando lidero un golpe de Estado militar exitoso, el 1 de septiembre de 1969, contra el enfermizo Rey IDRISS de la tribu AL-SENUSSI, quien a la sazón se hallaba en Turquía en pos de un tratamiento médico.  Como otros países árabes y africanos, Libia es una sociedad tribal, cada una de las cuales es sensitivamente celosa de su cuota política de poder regional. El golpe de Estado fue producto de la inmensa admiración que el entonces capitán Khadafi sentía por su ídolo político, el coronel GAMAL ABDEL NASSER, líder de la revolución nacionalista egipcia que nacionalizo el Canal de Suez y fuese el gran reformador y constructor del Egipto moderno.
Al principio, Khadafi era un idealista y revolucionario libio que buscaba, bajo el influjo del pensamiento de Nasser, lo mejor para el bienestar económico y social de las empobrecidas clases populares. Expulso la gran base militar norteamericana de WEELUS AIR FORCE e hizo lo mismo con la base militar británica de TOBRUK. Realizo la nacionalización del petróleo, opero una profunda reforma agraria, construyo un sistema de educación, salud y redes medico-sanitarias, carreteras e infraestructuras multisectoriales impresionantes, otorgo una significativa participación a los trabajadores en las ganancias de las empresas estatales y construyo ciudades  nuevas con cientos de miles de viviendas espaciosas y decorosas para el pueblo. La luz y la telefonía eran gratuitas, el combustible era prácticamente regalado y el acceso al agua potable era vendido a precios muy bajos. Los automóviles privados de lujo (BMW, Mercedes-Benz, Volvo, Fiat, Peugeot) eran importados en masa y otorgados con grandes facilidades de pago, el transporte público de autobuses eficiente y con altas comodidades, nacionalizo el crédito a través del banco central.  En fin, una admirable red de carreteras modernísimas estaba en plena expansión, los campos fueron transformados en espacios verdes productivos a costas del desierto. Creo en pleno desierto y a un costo mega millonario  lo que el llamo un rio artificial, procedente de las aguas puras que se hayan a 500 metros bajo el desierto, la cual dio lugar a una verdadera revolución agrícola. Khadafi, pese a sus excentricidades y personalidad brutalmente autoritaria, puso la riqueza petrolera al servicio incondicional e ilimitado del pueblo libio.
Enormes y ejemplares eran en verdad los logros de la revolución libia para su pueblo, como ningún otro en el mundo árabe.  El sistema político de la AL-JAMAHIRIYA de Libia (Estado de las masas libias) era una mezcla de islamismo, socialismo-no marxista, panarabismo, y democracia popular directa, el todo codificado en un pequeño libro verde de bolsillo, intitulado “LA TERCERA VÍA UNIVERSAL” (posición equidistante entre comunismo y capitalismo) que Khadafi decía que su tercera vía era el remedio para resolver todos los males que aquejaban a la humanidad. Profundo anti-comunista, pronto se proclamaría “aliado estratégico” de la Unión Soviética, la cual suplió de armas modernas a su ejército en los años 70 y 80. Sus enormes esfuerzos por promover la UNIDAD ÁRABE (el sueño del gran líder panárabe Gamal Abdel Nasser) y lograr la consagración de la Unión de Republicas Árabe Unida de Libia, Egipto y Siria termina en un aparatoso fiasco y en una enemistad política y personal a muerte con el egipcio Anwar El- Sadate, y el sirio Hafez El-Assad.
A partir de allí, surge otro Khadafi radicalizado: el de financista de grupos armados secesionistas en Irlanda (IRA), en España (ETA) la banda terrorista Baader-Meinhof (Alemania), Ejercito Rojo (Japón). Es denunciado por Occidente como exportador del terrorismo internacional de la época y responsable de la voladura del avión estadounidense de “Pan-american” sobre Lockerbie y del avión francés “UTA”, que mata a centenares de inocentes. Llama al derrocamiento de todos los gobiernos del mundo que no simpaticen con su “Tercera Vía Universal”, organiza múltiples atentados en el extranjero y en la región árabe. Son los tiempos del discurso radical, virulento y de las promesas de sangre y muerte contra sus enemigos en el entorno árabe. Ciertamente, financio no pocos Golpes de Estado alrededor del mundo que en nada beneficiaron a Libia, pero también debemos reconocer que fue profunda y admirablemente solidario con los Movimientos de Liberación Nacionales en África y otras causas justas de legítimos propósitos socio-nacionales, como lo fue con la Republica de Panamá al brindarle todo su apoyo político, diplomático y hasta financiero si fuese necesario, al servicio de la descolonización del Canal de Panamá y el reintegro del mismo a su soberano territorial, todo ello  a cambio de nada. También se puede olvidar su sincero apoyo al pueblo y gobierno argentino en ocasión de la agresión británica que arrebato al país suramericano su soberanía sobre las Islas Malvinas.
XI. LA NUEVA POLÍTICA DE KHADAFI.
Desde 1987, año en que muere la hija menor de Khadafi a consecuencia de un bombardeo de la aviación norteamericana ordenado por el Presidente Ronald Reagan y, sobre todo al comienzo de la década de los 90, ocurre una especie de metamorfosis en la personalidad y las acciones políticas de Khadafi. Las mismas causan perplejidad en la opinión pública mundial y son incomprensibles ante el movimiento revolucionario internacional de la época. En 1993 una célula secreta de AL-QAEDA atentó contra la vida de Khadafi, en un desesperado afán por tomarse el poder con la ayuda de oficiales militares libios disidentes. Una represión ciega y sangrienta purga el cuerpo de oficiales del ejército, al mismo tiempo que el líder libio le declara una guerra sin tregua ni cuartel a Ozama Bin Laden y su organización a fin de destruirla por completo. Su política exterior y economica da un golpe de timón de 180 grados hacia la derecha y en beneficio de los EE.UU. Comienza así un periodo de acercamiento y creciente colaboración política, diplomática y economica con Occidente y una luna de miel con los propios Estados Unidos de América. Khadafi  reconoce haber sido responsable de la tragedia aérea de “Lockerbie” y del avión francés UTA y pide perdón indemnizando con creces a los familiares de las víctimas. Renuncia al programa nuclear libio, abandona su apoyo a legítimos movimientos revolucionarios en el mundo, le da la espalda a la lucha palestina contra la ocupación israelí, deja atrás sus ideales nasseristas, se siente cada vez mas deslumbrado por sus relaciones estrechas con figuras políticas relevantes de la Unión Europea y Washington. Entrega a los servicios secretos británicos la lista de miembros del IRA entrenados y armados por Libia, pone en manos de la CIA y el MOSSAD israelí la identidad y las generales de los miembros de la resistencia palestina, quienes luego son víctimas de ejecuciones extra-judiciales por parte de Israel. Delata y entrega a los esbirros de las petromonarquías del Golfo arábigo a destacados miembros de la oposición, quienes son salvajemente torturados y ejecutados sumariamente. Lo mismo hace con activistas y opositores a regímenes bestialmente dictatoriales del África Negra, entrega físicamente a la dictadura militar de Gaafar EL-NUMEYRI a centenares de opositores exiliados en Libia, los cuales fueron horrendamente decapitados en la plaza pública de Khartoum, hace asesinar al prestigioso Imán chiita iraní-libanes MUSA AL SADR en ocasión de una visita de cortesía y amistad al líder libio, Invade la Republica de Chad (la zona azul) con vista a anexarla a Libia y apropiarse de sus riquezas energéticas, envía paracaidistas libios a Uganda a resguardar al chacal Idi Amín Dada, el peor tirano adicto al canibalismo que haya conocido la historia política del África Negra. Impide que  migrantes africanos pasen por territorio libio a Europa Occidental en busca de una mejor vida. Abre campos de concentración en los cuales se hacinan en condiciones más que inclementes los migrantes negros y mujeres sufren toda clase de abusos y vejámenes sexuales, bajo la indolente indiferencia de Khadafi. Más aun, se presume que muchos latinoamericanos que participaron en distintos foros o eventos políticos en Trípoli fueron delatados a la CIA estadounidense y perseguidos en sus países de origen.
Las Instituciones Financieras Internacionales (FMI y BANCO MUNDIAL) estaban maravilladas por el radical giro a la derecha del Líder Khadafi, a quien alabaron hasta fecha muy reciente como un de jefe de Estado razonable, admirable e inteligente. Cantaron a Khadafi las “dulces virtudes de las políticas públicas neoliberales” que harían de Libia (según ellos) un ejemplo de integración en la comunidad internacional e inserción en la globalización neoliberal. Es en este marco que se produce una ola de privatizaciones de empresas productoras y distribuidoras de petróleo y gas.  El país se abrió a la masiva inversión extranjera  viniendo aparejada una extensa desregulación laboral, de los alimentos y los bienes y servicios, indispensable corolario del neoliberalismo salvaje. Sucedió exactamente igual que en Túnez, Egipto y otros países árabes. Las políticas públicas neoliberales provocaron una suba insufrible de precios que impactaron severamente las condiciones de vida y de trabajo de amplios sectores del pueblo libio que hasta entonces habían vivido en estado de bienestar social. Libia significaba para todas las empresas petroleras estadounidenses, europeas y asiáticas establecidas allí un verdadero festín un baile de ganancias. Esta situación trajo consigo la peor de todas las flores del mal, es decir, el disparo de una corrupción rampante, una rapiña por la apropiación de los dineros, públicos y de los ingresos de bienes y servicios del Estado libio, fenómeno que iba desde el vértice del poder hasta la base de la burocracia. Durante este periodo el gran líder se torna en un dictador intolerante, despiadado con los críticos, brutalmente represivo. Al parecer cualquier crítica sana y constructiva era motivo suficiente para ser encarcelado o desaparecer de la faz de la tierra. Cuando el neoliberalismo se adueña de un país, su calidad de vida, sus tradiciones éticas, morales y espirituales son afectadas por el cáncer de la corrupción importada.
El Clan Khadafi, los 7 hijos del líder máximo y sus consortes, proyectaban ante una parte del pueblo libio, la imagen de un “gang familiar” ávido e insaciable de riquezas. El lujo y el estilo de vida escandaloso que ostentaban sus hijos en Europa y la opulencia insultante que exhibían en Londres y las capitales árabes sobretodo Isaf al-Islam (hijo mayor de Khadafi), constituían un insulto a la revolución de 1969 y al pueblo libio. Algunos creen que la fantástica fortuna amasada por el Clan Khadafi superaría de lejos a la de Hosni Mubarak, el ex dictador caído de Egipto y solo pudiera compararse con aquella de los príncipes y emires del Golfo Pérsico. Esta versión, nos parece un tanto exagerada porque debemos decir en toda honestidad que la pobreza de gran parte del pueblo libio, nunca llego a los niveles aberrantes de pobreza extrema vivida en Túnez, Egipto y Yemen. No obstante, el efecto-contagio de estos últimos países aunada a la caída de la otrora economía de abundante bienestar social provocada por el periodo neoliberal, mas la ausencia de libertades, de justicia y democracia y, la transformación de Khadafi en un dictador despótico, autocrático, intolerante y sanguinario ante las críticas constructivas de sus compañeros de armas, académicos, periodistas e intelectuales condujeron al pueblo de Libia, tras 42 años de poder absoluto, a la sublevación popular, sobretodo en Cirenaica y el Este oriental del país. El imperio y sus aliados son, en fin de cuentas, los verdaderos arquitectos de la tragedia Libia y los grandes pescadores en aguas revueltas. El trágico plan estaba ya preparado de antemano y Khadafi cayó en la trampa. Hoy tal vez podrá concienciar que “los imperios no tienen amigos ni lealtades, solo intereses fríos e implacables”.
XII. EL GRAN ERROR DE KHADAFI
El gran error cometido por Khadafi, al igual que los sátrapas caídos Ben Ali de TÚNEZ y Mubarak de EGIPTO, fue el no haber enfrentado con realismo y pragmatismo político la situación, cuando aún estaba a tiempo. Es decir, atender muy rápidamente a las crecientes demandas populares, emprendiendo reformas democráticas significativas, desmontando el aparato represivo y vaciar las cárceles de prisioneros políticos. Eliminar el perpetuo estado de emergencia, establecer plenas garantías a las libertades públicas e individuales, limpiar el sistema judicial, desmilitarizar la administración del Estado, castigar la corrupción y el nepotismo imperante, imponer un código de conducta a las multinacionales petroleras, poner límites al libertinaje y a las utilidades exorbitantes a las mismas y  así devolver parte del Estado de bienestar social de antaño a sectores populares empobrecidos. Pero sobretodo, no supo retornar al espíritu y a los principios de la revolución que un día hizo de el líder indiscutible del pueblo libio y del Mundo Árabe. O bien alejarse del poder a tiempo y en forma definitiva, preparando rápidamente un gobierno de transición con personalidades de signo nacionalista, democrático y anticolonialista, capaces de desmontar progresivamente las políticas públicas neoliberales. Tal vez ya era tarde tras 14 años de la entrega de gran parte de las riquezas nacionales a las peores corporaciones extranjeras. En lugar de ello, Khadafi reacciono paranoico con el empleo de la fuerza y la barbarie armada contra quienes protestaban en la calle; aferrándose al clan familiar y poniendo a sus hijos al frente de los cuerpos de  represión brutal. Como es típico de los tiranos árabes, ya estaba mentalizado para quedarse en el poder hasta el fin de sus días y preparando a su hijo Isaf Islam Khadafi para sucederle en el liderazgo supremo del Estado.
La reacción desproporcionada y violenta del clan Khadafi, multiplico el numero de las protestas ciudadanas y la intensificación y extensión de las mismas a parte importante del país. El virus de una destructiva guerra civil estaba planteada, especialmente cuando las comunidades tribales más grandes y fuertes como la de los warfala en el Este oriental y las guerreras tribus montañesas del Jebel-Nefusa que bordean Trípoli, se fueron contra khadafi.

XIII. LA GUERRA CIVIL
La guerra militar de Libia no sobreviene exactamente por la intransigencia de Khadafi, sino que todo parece indicar que la guerra civil ya había sido preparada premeditadamente y con antelación por los servicios de inteligencia franceses y anglo-americanos (DGSE, CIA y M-16), deseosos de apropiarse perpetuamente de las inmensas riqueza energéticas de Libia y desde allí emprender la recolonización de todo el continente africano. En otras palabras, fue una guerra inventada por los servicios secretos occidentales, sacando filo de la tradicional rivalidad que opone la región de CIRENAICA pro-monárquica contra las regiones de TRIPOLITANA Y FEZZAN pro-khadafistas. ¿Por qué esta contradicción si se supone que Libia ya estaba digitada por los Occidentales? Resulta ser que la Inteligencia occidental había detectado alteraciones en la estabilidad psico-emotiva y política de Khadafi, por lo cual ya no confiaban en él y optaron por deshacerse del hombre. Preferían tener al frente de un Estado-cliente como Libia a un hombre de educación y mentalidad y occidental, de incondicional obediencia norteamericana. Aprovechándose de la revuelta del mundo árabe los EE.UU. se embarca entonces en un juego extremadamente peligroso, consistente en hundir a Libia en una cruenta guerra civil para restablecer en el trono LIBIO al príncipe Muhammad EL-SENUSSI, descendiente directo del destronado REY IDRISS, designando la ciudad de Benghazi, en Cirenaica, como la nueva capital del  futuro REINO UNIDO DE LIBIA, repleto de petróleo y gas. Por el contrario, si khadafi resistiese contra viento y marea, entonces se pondría en práctica el plan “B” que consistiría en desintegrar o balcanizar el país como lo hicieron en Sudan y Serbia (Kosovo). La partición de Libia en dos (2) Estados pequeños (según sea el caso). Para ello debían favorecer el arribo al Comité Nacional de Transición Libio de los monarquitas (ya escogidos por Londres) y exkadafistas oportunistas dispuestos a todo con tal de seguir disfrutando de las mieles del poder, esta vez al amparo del nuevo amo, Su Majestad el Rey Muhammad El-Senussi, soberano de la parte petrolífera y gasera más rica del antiguo país.
 Según el analista francés Thierry Meyssan, para atizar el fogón de la guerra civil, los supuestos mercenarios de khadafi habrían sido reclutados por la empresa militar privada israelí CST GLOBAL, en tanto que el servicio de inteligencia de ARABIA SAUDITA reclutaba mercenarios afganos para apoyar a los rebeldes pro-monárquicos y también a grupos de combate salafistas al servicio de AL-QAEDA. Tal hipótesis sugeriría que la “mano que mece la cuna” en la penumbra seria el propio Estado de Israel que utilizaría como instrumento visible a los EE.UU. y la OTAN. ¿Por qué? Porque saldría beneficiado con una amplia tajada de la primera economía energética de África, lo cual vendría a recomponer su economía severamente afectada por la crisis financiera mundial y el sobredimensionado presupuesto de Defensa, al mismo tiempo que geopolíticamente mantendría influencia sobre las nuevas autoridades de Egipto, aun subordinadas al poder estadounidense. No obstante, en un proceso de cambios tan complejos como el que vive el mundo árabe, no sería imposible que “el tiro saliera por la culata” y que las masas egipcias, por ejemplo, inconformes con la lentitud de la realización de sus demandas salgan por millones a la calle, para exigir la revisión o reevaluación de las relaciones de Egipto con el Estado de Israel y los Estados Unidos de América. Si ello sucede como es probable, la inaguantable presión del pueblo egipcio provocaría un cambio fundamental y definitivo de la cuestión palestina, pondría punto final a las políticas públicas económicas neoliberales de la era Mubarak, el fin del Estado autocrático y corrupto del Estado egipcio mediante la adopción de una constitución democrática con irrestrictas libertades y justicia social. Pero también exigiría a sus gobernantes (sea quien sea) un alto a la guerra de agresión de la OTAN a Libia. Esto debilitaría considerablemente a Israel. La otra opción sería desintegrar o fracturar a Libia y convertirla en dos (2) Estados artificiales, una Republica pobre en la región de Tripolitana y otra muy rica en Cirenaica, en el Este inundado de petróleo, cuyas riquezas energéticas y acuíferas serian entregadas a los anglo-estadounidenses e israelís. ¿Pero qué sucedería si un guerrero de voluntad de hierro como Khadafi gana la guerra? Los anglo-americanos no podrían dormir tranquilos, pues su odio infinito le movería a aliarse con los peores enemigos de EE.UU. y Gran Bretaña (como antaño), para golpear en el corazón mismo de sus enemigos. No escatimaría recurso alguno para propinarles un escarmiento histórico. Aun al precio de su propia vida.

XIV. Ya hemos dicho que la intervención de aviones de Estados Unidos Francia y Gran Bretaña en Libia, amparados en la resolución 1973 de la ONU que les faculta a librar una guerra aérea no obedece a ningún acto de carácter humanitario, sino a la insaciable sed de petróleo, gas y agua del imperio norteamericano y a facilitar la hoja de ruta del AFRICOM en África, con miras a rediseñar un nuevo mapa geopolítico de África y efectuar un nuevo reparto colonial.  Estados Unidos y sus aliados estaban convencidos que la guerra aérea duraría una (1) semana cuando mucho y que el ejercito de khadafi colapsaría ineluctablemente. Se equivocaban garrafalmente, pues el aparato militar de khadafi aun no presenta signos de desgaste o derrumbe, por el contrario, continua avanzando contra todo pronóstico, expulsando a los rebeldes que huyen en desbandada de sus posiciones vitales en Brega, Misrata y agdhabiya. Washington comprende rápidamente que la guerra aérea no es suficiente para derrocar el régimen de Khadafi y procura desenganchar su aviación presionando a la OTAN para que se encargue de frenar los bombardeos y ataques de las fuerzas de khadafi, destruyendo sus baterías de misiles, sus tanques y cañones que  matan a centenares de civiles en las ciudades mencionadas.
Pasa el tiempo y pronto se hace evidente que la OTAN es técnicamente incapaz de neutralizar con precisión los blindados de Khadafi y militarmente impotente para frenar la contraofensiva del líder libio. La infraestructura militar del ejército de khadafi está prácticamente entera y los aviones aliados son incapaces de detectar los objetivos enemigos en las aéreas urbanas, y sus bombardeos ocasionan muchos muertos en el campo rebelde y también en la población civil. La incapacidad o debilidad de la OTAN persuade a Khadafi que el “tigre no es tan fiero como lo pintan”, es decir que la operatividad de la OTAN es casi inefectiva y virtualmente nula. Se convence que la base social y la legitimidad de su régimen es muy ancha en la región de Tripolitana y Fezzan y que el grueso de su ejército permanece fiel y fuerte en Trípoli, Sirte y otras ciudades, estando dispuesto a librar batalla por cada kilometro del territorio libio. Por su lado los EE.UU., Francia y Gran Bretaña se dan cuenta que solo una invasión terrestre podrá derrotar el ejército enemigo y sacar a Khadafi de su madriguera y esto es precisamente lo que no pueden darse el lujo de hacer, pues el resultado podría resultar desastroso. Envalentonado por la inoperancia de los ataques aéreos de la OTAN, Khadafi redobla esfuerzos y contraataca mortíferamente las fuerzas rebeldes en sus posiciones, forzándoles a huir en desbandada no pocas veces. Al mismo tiempo se burla de Occidente y lanza amenazas terroríficas de venganza contra los rebeldes y a aquellos civiles que les ayuden. Paralelamente Khadafi declara aceptar una solución política propuesta por la OTAN, la Liga Árabe y La Unión Africana, cosa que es rechazada de plano por el Consejo Nacional de Transición libio, el organismo dirigente y heterogéneo de los rebeldes, conformado principalmente por monárquicos pero también por nasseristas, islamitas radicales, comunistas y hasta pro-iraníes.  Khadafi acepta el principio de una solución política, pero el mencionado Consejo de Transición considera inadmisible negociar con Khadafi y mas inaceptable aun su permanencia en el poder o la de alguno de sus hijos.
La pregunta clave es ¿Por qué EE.UU. descarta comprometer tropas terrestres estadounidenses en Libia?
a). Por temor a que se repita la derrota militar sufrida en IRAK y AFGANISTÁN y el síndrome de VIETNAM, verdaderas pesadillas para Washington. Por miedo a que se repita el estrepitoso fracaso de su incursión aventurera en SOMALIA.
b).  Porque el costo de una invasión a Libia será en extremo costoso y la economía norteamericana está en virtual estado de quiebra. La recuperación economica es casi nula, el desempleo linda en el 10%, el déficit fiscal y la deuda superan el PIB, 16,6% de menores de edad viven pobreza absoluta y 40 millones de estadounidenses sufren de hambre e inseguridad alimentaria. La clase media se derrumbo, millones entre ellos se quedaron sin casa y no saben cuando sus hijos llevaran a su boca el próximo plato de comida. La gran mayoría del pueblo norteamericano se opone  a una nueva guerra.
c). Porque temen que, si la guerra terrestre no se ganan en forma contundente en corto plazo  (un (1) año como máximo), dejara de ser atractiva política y económicamente. Por un lado, es muy probable que la guerra se transforme en una yihad islámica” (“guerra santa contra los cruzados”), la cual entraría en una fase de internacionalización a nivel del mundo árabe y musulmán de 1,600 millones de habitantes. En un escenario así, podría darse la intervención de decenas de miles de curtidos combatientes musulmanes de AL-QAEDA (Mundo Árabe, Asia y África), con el consecuente peligro que el país caiga a la postre en manos del fundamentalismo islamita. El saldo de muerte y destrucción seria horroroso.
d)  Estadounidenses y europeos saben que Muammar El- Khadafi es UN GUERRERO, que no se rendirá ni se arredrara ante todos los ejércitos juntos de la OTAN. Esta resuelto a pelear y a morir hasta su último aliento y es de temerse que tenga preparada una gran sorpresa para una eventual segunda fase que consistiría en una guerra de guerrillas en EL DESIERTO DEL SAHARA, para la cual norteamericanos y europeos no están preparados física ni psíquicamente. Los guerreros árabes llevan amplia ventaja en una  guerra irregular en  las dunas de arena y la inclemencia de este medio ambiente.
e). Obama está preparando ilusamente una reelección presidencial en un momento en que todos hablan de la “debacle de Obama” en su gestión economica y cuando la derrota de los demócratas pareciera ser un hecho inevitable. Obama cree infantilmente que un arreglo político de la guerra civil libia (la cual el mismo ocasiono con Francia y Gran Bretaña), le permitirá le permitirá mejorar los índices macroeconómicos de EE.UU. y convencer al pueblo norteamericano que él sigue siendo una opción.  Ahora bien, se sabe que el verdadero poder (el que realmente manda) no es Obama, sino el complejo militar-industrial y los grupos económicos de poder global. ¿Se impondrán estos superpoderes a la voluntad de paz del pueblo norteamericano en un momento ruinoso para la tambaleante economía del país?
 Analicemos que hay por el lado de la OTAN (Organización del Tratado Atlantico del Norte). La ineficacia de las acciones aéreas sobre Libia de este pacto militar occidental, de componente casi totalmente europeo, presenta el siguiente diagnostico:
a).  La Union Europea y la OTAN, con excepción de Francia y Gran Bretaña, están divididos y dubitativos acerca de una intervención aérea de resultados inciertos. Por primera vez, no hay unidad de criterios y de acciones en lo referente a una intervención de fuerzas terrestres.  Significa que la tradicional cohesión del Pacto Atlántico europeo presenta grietas y se está resquebrajando. Esta situación sería el mejor aliado de Khadafi.
b).  La escasez de aparatos aéreos carentes de la aviónica y tecnología sofisticada para bombardear con distinción de objetivos y precisión quirúrgica, es otro signo de debilidad severa que obra en favor de la estrategia militar de Khadafi, de hacer sus fuerzas de elite invisibles entre la población de las ciudades en manos rebeldes. Aunque es muy difícil dar crédito a la información noticiosa de que la OTAN se está quedando sin bombas o municiones aéreas. Si tal cosa fuese real, entonces ello querría decir que la debilidad e ineficacia de la OTAN en el teatro de operaciones libio se debería, entre otras cosas, a la ausencia de una estandarización de inventarios y equipos de guerra.
c).  Pero existen un factor de crucial importancia que limita la capacidad operacional de la OTAN, Una es la crisis financiera que agobia a Europa, que al igual que en EE.UU. se traduce en un creciente déficit fiscal y el gigantismo de la deuda que casi iguala al PIB de las naciones europeas: desempleo galopante y un deterioro agudo de las condiciones de vida y de trabajo de los pueblos de esa región. (Eje. España, Italia, Grecia y otros en fila). En promedio 1 de cada 5 jóvenes europeos están en situación de desempleo crónico y se les conoce como la generación de los “ninis” (sin profesión ni trabajo).
d). La otra, es la paliza que están recibiendo las tropas europeas de la OTAN en Afganistán a manos del Talibán y por eso están desmoralizadas y renuentes a combatir un enemigo imbatible en un terreno escabroso. No están preparadas para batallar en un país como (Afganistán), el cual históricamente ha sido el “cementerio de todos los imperios”, desde la antigüedad hasta nuestros días. Libia pudiera ser el próximo cementerio que aguarda a los ejércitos de Occidente.
e). Producto de la asoladora crisis financiera que se extiende casi a toda Europa, un eventual nuevo atolladero del componente europeo de la OTAN en Libia, ocasionaría un tsunami de protestas y movimientos populares anti-guerra que acabaría derribando a gobiernos socialistas y neoliberales  Pondría a esos países abrumados por la crisis financiera (como Grecia por ejemplo) al borde de una guerra civil.
Subyace el temor en Occidente que una guerra terrestre en Libia (al igual que Irak y Afganistán) sea de largo plazo y al final degenere en la victoria de un khadafi extremadamente radicalizado o en provecho de la llamada Organización salafista de AL-QAEDA para África del Norte (ASQAM). Un escenario así representaría para una verdadera catástrofe para el imperio militar estadounidense y para la OTAN. El efecto-contagio de la guerra conllevaría a la perdida política de toda África del Norte, Egipto posiblemente incluida. Más todavía, los objetivos y la eficacia del AFRICOM en el África Negra se verían seriamente dañados por el impacto negativo que generaría la guerra libia y porque el apostadero naval y la base militar central de ese Comando clave para EE.UU., deben geoestratégicamente estar situados en África del Norte. De no ser así, “El Proyecto para un nuevo siglo americano” probablemente se frustraría comprometiendo el poder global de Estados Unidos de América. Francia y España estarían entre las naciones más afectadas dadas su dependencia energética de Argelia y sus inmensos intereses en el Reino de Marruecos, cuya monarquía primitiva de Mohamed V también podría caer irremediablemente.

XV. ALTERNATIVAS POLÍTICAS O MILITARES PARA SACAR A KHADAFI DEL PODER.
Queda claro que ni EE.UU. ni la OTAN pueden permitirse correr el riesgo de una intervención militar con fuerzas terrestres que podría resultar en una trampa de muerte o un callejón sin salida, con un trágico final por las razones arriba mencionadas. La OTAN en particular está demostrando un pobre desempeño militar en la misión que le ha sido conferida por la resolución 1973 de la ONU y ello afectara la imagen que se tenía de su capacidad disuasiva. Es obvio que los rebeldes libios no tienen el conocimiento del arte militar, no poseen el tipo de armamento adecuado, ni capacidad técnica para operarlo, tampoco la disciplina requerida ni el “espíritu de cuerpo” para frenar el empuje devastador del ejército profesional de Khadafi, quien pese a todo mantiene la iniciativa militar.  Sin ayuda directa extranjera en tierra, los rebeldes están condenados a ser aplastados y a sufrir una suerte negra. ¿Cuales serian entonces las opciones de EE.UU. y la OTAN? La opción preferencial de las potencias aliadas y la comunidad internacional es una solución política negociada entre los beligerantes, a fin de detener la matanza cuya principal víctima es la población civil, provocada por las baterías de misiles “grad” y las“bombas de racimo” altamente mortíferas, armamento utilizado por khadafi, aun a sabiendas de su prohibición universal mediante un convenio mundial de 2006. Esta carnicería lleva a su haber más de 10,000 muertos y 55,000 heridos. En nuestra opinión, TURQUÍA, potencia economica y militar (sunita) de clase internacional, goza de gran autoridad moral y legitimidad para mediar exitosamente en el conflicto, sobre todo si lo hace en asocio con el poderoso bloque mundial BRICS (Brasil, Rusia, China y Suráfrica.  Está claro que el llamado “grupo de contacto de Qatar” (país títere de Saudí Arabia) no tiene fuerza moral alguna para llevar adelante ningún arreglo político.
 La segunda y última opción sería la subcontratación de compañías militares privadas o mercenarios (PMC),Blackwater y Dyn Corps”, también conocidos como “los perros de la guerra”. Se trata de rufianes y criminales de la peor condición humana, generalmente ex miembros de las Fuerzas Especiales del ejército estadounidense (U.S. Marine Corps, Navy Seals, Rangers, SOCOM),  y los muy afamados comandos SAS británicos (Special Air Service). Estos mercenarios constituyen la crema y nata de los comandos de elite y tienen reputación de efectuar en el teatro de operaciones “misiones imposibles”. El atractivo para las tristemente celebres “compañías militares privadas” son las inmensas tasas de ganancias que perciben anualmente, US$30,000 millones. El sueldo promedio mensual de un mercenario de Blackwater es de US$ 33,000 mensuales netos, fuera de seguro individual y familiar, pago de regalías, y cheques extras a titulo de premiación por cantidad de enemigos eliminados. Este cuerpo de fríos asesinos profesionales venidos de todos los rincones de EE.UU. y Europa, llegaron en Irak y Afganistán a la cantidad de 175,000 efectivos paramilitares, a quienes se les dio el púdico nombre de “contratistas”.  La ventaja de emplear mercenarios paramilitares es que ni EE.UU. ni la OTAN, pese a ser los responsables y autores intelectuales de la sangrienta guerra de Libia, pueden ser acusados o enjuiciados formalmente por crímenes contra la humanidad, cometidos por los desbocados paramilitares. Por supuesto, el financiamiento de estas temibles hordas de asesinos correrá por cuenta del país a cargo de la contra-revolución en el Mundo Árabe, a saber EL REINO DE ARABIA SAUDITA Y LAS PETRO-MONARQUIAS de la Península arábiga, congregados en un organismo de coordinación política, economica y militar denominado “CONSEJO DE COOPERACIÓN DEL GOLFO” (Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Omán). Son a ellos que Khadafi deberá enfrentarse política y militarmente, de fracasar una eventual negociación en pro de una salida política del conflicto. Arabia Saudita es, a pedido del imperio y sus aliados, el banquero de la contrarrevolución en el mundo árabe y musulmán y no sería extraño que también lo sea en otras aéreas del mundo, como en África y América Latina. Es posible que los mercenarios de Blackwater y los SAS británicos, conjuntamente con instructores militares de Arabia Saudita y de las monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo, se encarguen del entrenamiento y del suministro de armamento moderno a los rebeldes libios. Después de todo, el plan del imperio y sus aliados es restablecer la monarquía de los AL-SENUSSI en Libia y la transformación de este país (dividido o no) en un Reino a imagen y semejanza de los archiconservadores monarcas del Golfo. Pese a los últimos despachos de prensa EE.UU.-GB y FR. no podrán hacerlo a vista y paciencia de la opinión pública mundial.
XVI. CONCLUSIÓN
Analizar con objetividad sin perder la visión correcta de las cosas.
 Los ataques aéreos a Libia bajo la inconsistente tesis de la “guerra humanitaria” es un argumento inaceptable, inmoral y condenable. Si Libia fuese un país con nulas o pobres reservas de petrolíferas, jamás Washington y Bruselas (sede de la OTAN) habrían expresado sentimientos de humanidad ni compasión. Ni siquiera hubiesen protestado por las miles de personas y civiles inocentes masacrados por el fuego masivo del ejercito de Khadafi en ciudades bajo control rebelde, con armas diseñadas para infligir un sufrimiento extremo (misiles “Grad”, “bombas de racimo” y “bombas de fosforo”). ¿Acaso el repugnante genocidio cometido en los años 90 en Ruanda, (región africana de los grandes lagos) contra la tribu “tutsi”, (1,5 millones de asesinados a filo de machete), le quito el sueño a los jefes de Estado de las grandes potencias, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU?  ¿Acaso se condolió el ghanés Koffi Annan, ex Secretario General de la ONU, verdadero responsable moral de la limpieza étnica al igual que el entonces presidente de los EE.UU. Bill Clinton, ambos perfectamente enterados de lo que iba a ocurrir? ¿Alguna vez Washington, Paris y Londres se dieron golpes de pecho por el exterminio de 5 millones de congoleses en las guerras inter-étnicas que ellos mismos provocaron para hoy lucrar con los diamantes y sobre todo con el tan codiciado coltan (mezcla de la columbita y la tantalita), indispensable para las tecnologías de teléfonos blackberry, satélites, armas teledirigidas, GPS, televisores plasma, videoconsolas, computadoras de última generación y mucho más? ¿Acaso pidieron a la ONU alguna intervención para salvar vidas humanas allí? No, porque para ellos eran solo seres de cuarta categoría sin ninguna significación económica.
Una cosa es la defensa denodada de los derechos soberanos del pueblo libio sobre sus recursos naturales y la solidaridad entre los pueblos atropellados por el imperio norteamericano y sus aliados y, otra muy distinta, es asumir la defensa de Khadafi como si fuese un hombre de intachable calidad humana, noble y transparente. Digamos la verdad: Khadafi es un hombre corrupto, desalmado y represor. Traiciono a propios y a extraños, entrego a patriotas del mundo entero en manos de dictadores sanguinarios. Durante más de 10 años se arrodillo y beso la mano del imperio que le despreciaba, colaboro con el enemigo, abrazo el neoliberalismo salvaje y entrego en aras de esa inhumana doctrina economica, el petróleo y el gas en manos indebidas. Dado que de momento no hay otro líder capaz de reemplazarlo, se puede entender que por motivos razones circunstanciales y porque también es cierto que todavía goza de amplio respaldo popular en Tripolitana y Fezzan, habrá que apoyarlo para que el imperio no logre arrasar con la portentosa riqueza de ese pueblo. Mas lo cierto es que, aunque Washington traslade a Libia cientos de miles de mercenarios paramilitares, el ejemplo de Irak y Afganistán esta allí; surgirán nuevos líderes naturales que sabrán derrotar a los partidarios del retorno de la monarquía Al-SENUSSI, desplazar al corrupto clan Khadafi, derrotar a los paramilitares extranjeros y, al peor conspirador contra el pueblo libio y los pueblos árabes: EL REY DE ARABIA SAUDITA y los pequeños principados petroleros del Golfo, todos dependientes del sostén político-militar estadounidense.
Finalmente, muchos se preguntan si Khadafi llegase a verse cercado diplomática, política y militarmente ¿hacia dónde partiría al exilio?  Tal vez hacia Suráfrica o Turquía. Es una hipótesis, pero somos del pensar que aún le queda la vena del guerrero bravío. Probablemente morirá peleando hasta el último aliento y con las botas puestas.


ROF. JORGE A. APARICIO
Analista internacional
Panamá, abril 18 de 2011.



             

domingo, 13 de marzo de 2011

LA REBELIÓN DEL MUNDO ÁRABE Y SU ONDA EXPANSIVA


LA REBELIÓN DEL MUNDO ÁRABE Y SU ONDA EXPANSIVA
                   
Cuando ocurre un cambio en la conciencia del hombre, se produce un cambio en la conciencia de toda la humanidad”                                                                              (Paracelso)

ANTECEDENTES HISTÓRICOS CONTEMPORÁNEOS

El colonialismo occidental siempre ha fabricado una imagen obscena del mundo árabe, absolutamente contraria a lo que en realidad fue y es: una extraordinaria cultura y civilización de luz y vida, a quien la humanidad entera debe maravillosos e invaluables aportes. Presentaron el mundo árabe como una nación de camellos, gente exótica, extraña, misteriosa, salvaje y traicionera. Ese mundo solo era bueno para visitar sus ruinas históricas, degustar sus deliciosos platillos, para hacer “turismo sexual” y lujuriar las voluptuosas doncellas de la “danza del vientre”.  ¿Qué otra cosa podría esperarse  de un sistema colonial sádico y canalla, quien solo en nuestra América indígena, paso por cuchillo a mas de 100 millones de inocentes aborígenes?

LECTURA POLÍTICA DEL MUNDO ÁRABE

Antes que nada, subrayemos que la anatomía política del mundo árabe se caracteriza por la perpetuación de crueles regímenes dictatoriales con 25 a 42 años en el poder, los cuales suelen traspasar el mismo a sus hijos en concepto cargo hereditario con carácter vitalicio. Son regímenes autocráticos, corruptos y corruptores, y exhiben un abierto desprecio a la dignidad humana. Opresivos a tal grado que prohíben las mas mínimas libertades y reprimen ferozmente cualquier critica por más ligera o tímida que esta sea.  Son Estados policiales cuya omnipotente maquinaria represiva practica la violación de los Derechos Humanos mediante la aplicación de tortura y suplicios con métodos refinadamente crueles y sádicos que destruyen literalmente a sus víctimas. A ello se agrega una burocracia patán de cuello blanco, delincuencial, fraudulenta y sobornable, a quien se le permite la venta o alquiler de servicios subterráneos al mejor postor. Todo, absolutamente todo es posible en el Mundo Árabe por un puñado de dólares. El ejército y la policía política son el perro guardián del orden establecido y las corrompidas cúpulas militares resultan ser los principales beneficiarios y participes del pantanal de corrupción. La oposición política organizada es demasiado débil, ha sido desbandada o paralizada por el terror de Estado.

EL ALZAMIENTO DE TÚNEZ

La ejemplarizante insurrección de masas en TÚNEZ (país de lejos menos importante que Egipto) fue el detonante o “la chispa que puso fuego a la pradera egipcia” e inspiro al alzamiento del conjunto de las naciones árabes en toda la multiregión árabe (Magreb, Mashrek, Medio Oriente, y Península Arábiga). No obstante hay que dejar bien claro que Egipto ya venía experimentando conatos de protestas con visos de creciente alzamiento popular desde hacía más de 2 años, pero siempre habían sido brutalmente reprimidos por el sanguinario régimen de Mubarak.
TÚNEZ es un pequeño Estado árabe situado en África del Norte, de 163,610 km2, con 10,5 millones de habitantes y una población joven cuya edad promedio es de 27 años. El paro laboral abierto se cifra en 14%  y trepa al triple si consideramos su fachada encubierta. El 4% de su población (cifra dudosa) se halla en situación de extrema pobreza aberrante. Lo curioso es que Túnez pasaba por ser el país con los mejores indicadores sociales y económicos en el mundo árabe y por tanto, era el “ejemplo a imitar” según las  Instituciones Financieras Internacionales conocidas como BANCO MUNDIAL (BM) y FONDO MONETARIO INTERNACIONAL  (F.M.I.) Ellos no cesaban de alabar públicamente el país mediterráneo y a su dictadura como uno de los mas “honrosos” ejemplos mundiales de estabilidad y éxito sin precedentes del capitalismo neoliberal. ¡Error craso, se equivocaban trágicamente! 
El país estaba gobernado por un sátrapa de nombre ZINE EL ABIDINE BEN ALI. Antiguo ministro del Interior. Había llegado al poder en 1987 traicionando a su jefe y protector, el también dictador Habib Burguiba, mediante un golpe de Estado. BEN ALI era entonces un agente emplanillado de la CIA norteamericana y formado en la “Sénior Intelligence School de Fort Holabird”, lo que significa que fue Washington quien lo encaramo en el vértice del poder para sacar a Túnez de la dominante presencia de Paris. Aunque no se compara ni remotamente con el valor estratégico de Egipto, la importancia de Túnez radica en que a partir de los puertos tunecinos de Bizerta, Sfax, Susa y Túnez las naves de guerra del AFRICOM  (Comando de los EE.UU. para el África) y de la OTAN (Organización del Tratado Atlántico del Norte) podían controlar no solo el mar mediterráneo sino también la seguridad antiterrorista y antisubversiva en el continente africano. El Pentágono entra entonces en acción para “pentagonizar” el país y lo hace promoviendo la creación de una Fuerza Especial de Comandos-elite, de incondicional obediencia a Washington y sustrayendo así el ejército tunecino de la tradicional formación militar e influencia política francesa.

Con la bendición de Washington, el dictador BEN ALI y LEILA, su bellísima mujer (una ex peluquera del arrabal y de baja condición ética y moral) se dedican a expoliar los recursos económicos y financieros de la nación en una forma que supera los parámetros de la imaginación, lo que comparativamente, nos lleva a pensar que los dictadores latinoamericanos son niños de pecho a lado de los tiranos árabes. Controlado política y personalmente por su esposa Leila, BEN ALI era internacionalmente conocido como Míster 25% porque exigía que toda empresa extranjera que invirtiese en Túnez debía pagarle ese porcentaje sobre las utilidades netas obtenidas, más otros “royalties” y favores adicionales para la extensa parentela familiar. A titulo de compensación, BEN ALI subordina la economía de su país a gusto del “consenso de Washington”, es decir que implanta mediante una ley fundamental, la vigencia permanente de un “capitalismo neoliberal salvaje” (según la expresión del fallecido Papa Juan Pablo II) en beneficio casi exclusivo de las empresas multinacionales. Privatización absoluta de todo, en especial de bienes y servicios vitalmente estratégicos, desregulación laboral, desregulación de los precios del pan,  los alimentos, la gasolina, el gas, la medicina, los servicios de salud y muchos otros ítems de primera necesidad.

En consecuencia, la pobreza aguda se dispara sobre las nubes, “las chabolas” (casas brujas) y el precariedad de la vivienda proliferan, el altísimo costo de los alimentos, la imposibilidad de lograr un trabajo parcial y el creciente vacio de seguridad alimentaria, crean un estado de amargura política, desaliento social y perdida de las esperanzas. Este estado de cosas, aunado a un régimen tiránico cada vez más insensible y represivo, ocasiona una migración masiva a Italia y la Unión Europea, donde por motivos racistas y xenófobos tunecinos y árabes en general son mal recibidos, despreciados, maltratados o en el mejor de los casos con empleos miserables. BEN ALI lleva a ciento de miles de jóvenes con formación académica de elevado valor técnico, científico, tecnológico y docente a deambular por las calles de Túnez, con sus diplomas debajo el brazo, sin rumbo ni norte, arrastrando por los suelos una moral y una dignidad cruelmente mancilladas. Entretanto, el déspota despilfarraba haciendo obsequios costosísimos a los Jefes de Estado europeos, norteamericanos y orientales y a sus amigos extranjeros. Los recursos financieros del país eran derrochados en fiestas palaciegas dentro y fuera de Túnez y, podrían describirse como fantasías dignas de las “mil y una noches”.

En estas circunstancias sucede un trágico suceso cuya chispa habría de causar un incendio social y acabar con el oprobioso régimen de BEN ALI: el 17 de diciembre de 2010, Mohamed BOUAZIZI, un brillante joven universitario graduado, se dedicaba a la venta callejera de frutas y legumbres para supervivir. La policía le confisca la mercancía porque no tenía el correspondiente permiso, por el cual se cobraba una descomedida cantidad de dinero que iba a parar a los bolsillos de la corrupción. Bouzizi es insultado, abofeteado y obligado a presenciar la destrucción de su humilde quiosquito. Desesperado por no poder llevar el pan y la sopa a su familia, Bouazizi decide protestar prendiéndose fuego al estilo bonzo frente a una estación de policía, no sin antes dejar constancia de su motivación y pedir al pueblo de Túnez rebelión y justicia. La noticia se propaga como pólvora, Bouzizi se convierte en símbolo, emblema y detonante de un impresionante alzamiento popular, cientos de miles de tunecinos pierden miedo al aparato represivo, se arrojan a la calle y exigen al sátrapa, su familia y a sus testaferros la inmediata salida del poder. Exigen una nueva constitución, la renuncia de todo el gobierno presidido de BEN ALI, el exilio de este y la confiscación de su mega fortuna, amasada a costas del hambre y dolorosos padecimientos de todo un pueblo.

La Policía y La Guardia Presidencial (fuerza especial entrenada por EE.UU.) se lanzan como fieras sobre los manifestantes, pero las multitudes enfurecidas resisten y arremeten a su vez contra los antimotines y sus esbirros. La rebelión de propaga velozmente a todo el país, BEN ALI mueve toda su maquinaria criminal  y ordena disparar sin contemplaciones contra el pueblo tunecino, pero he aquí, que el ejército con su formación de tanques y  blindados, en un aparente acto de conciencia o confraternización con el pueblo, se interpone entre la fusilería de las fuerzas de seguridad y las masas sublevadas. Este hecho meritorio del ejército impide la carnicería y acelera la caída de BEN ALI.  El 13 de enero, BEN ALI, presintiendo su inminente final, ordena directamente al ejército abrir fuego de tanques contra el pueblo. El ejército se niega rotundamente y desde ese momento la suerte de BEN ALI quedo sellada. Hasta allí todo parecía bonito, pero Washington (al igual que hizo con Mubarak en Egipto) ya había decidido de antemano deshacerse de BEN ALI para salvar el sistema neoliberal y perpetuar su dominio sobre Túnez. Fue la CIA quien invento en esta ocasión el término “Revolución de los Jazmines”, tal como desde años atrás viene fomentando “revoluciones a colores o de terciopelo” en muchos países europeos y euroasiáticos. Durante algún tiempo los pueblos no perciben el engaño porque  tienen la impresión de que se trata de un movimiento autóctono que busca la libertad, la democracia, la justicia social y la prosperidad economica y no sospechan que se trata de una maniobra norteamericana destinada a fortalecer el imperio estadounidense en el país víctima, Crean un espejismo, ya que todo se trata de vender “el mismo perro con diferente collar”. Pero muy pronto la jugarreta estadounidense suele quedar al descubierto y el boomerang se vira contra Washington. Es entonces cuando las masas burladas reaccionan radicalizándose, la rebelión puede transformarse en una verdadera Revolución y operar un vuelco de 180 grados contra los intereses del imperio, aun al precio de emprender una guerra de liberación nacional.

Cae entonces BEN ALI, pero ya Washington había trabajado lo suficiente para dejar sus hombres y grupos claves  en el poder, todos cercanos colaboradores del dictador. El mismo 13 de enero, el general norteamericano William Ward, comandante en jefe del U.S. AFRICOM informa personalmente al alicaído tirano ZINE EL ABIDINE BEN ALI, que por órdenes expresas del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, debía abandonar de inmediato el país y partir rumbo al Reino de Arabia Saudita donde todo estaba de antemano dispuesto para un exilio aparentemente dorado. En su lugar Washington designa a un curtido adicto al neoliberalismo depredador, ex Primer Ministro de la dictadura MOHAMMAD GHANNOUCHI, diseñador de las desastrosas políticas públicas neoliberales de la dictadura (privatizador del Seguro Social y el agua) y responsable de la miseria economica y social de millones de jóvenes tunecinos que condujo al alzamiento de la frustrada juventud y el pueblo en general. La preocupación central del binomio Obama-Hillary Clinton es la continuidad de la filosofía del consenso de Washington, es decir, la vigencia del neoliberalismo en Tunez y de las recetas económicas de las Instituciones Financieras Internacionales (IFIS) así como la conservación de los privilegios de las empresas transnacionales. Todo esto a cambio de algunas reformas de carácter formales mas no fundamentales.

Por su lado ahora, el pueblo tunecino (10,5 millones) no solo exige una nueva y radical constitución, reformas profundas, libertades amplias, la salida de Mohammad Ghannouchi y de todo su equipo de gobierno, sino que exigen terminantemente políticas socio-económicas a favor de las grandes mayorías y la adopción de un régimen nacionalista que vele por los intereses del pueblo de Túnez y no por los de la Unión Europea y de los Estados Unidos de América. Más todavía: dado que más del  90% del pueblo tunecino expresa sentimientos pro-palestinos y anti-israelíes, exigen un cambio sustancial de política exterior y acusan a Ghannouchi de haber sido el hombre que subordino los intereses diplomáticos de Túnez a los de Tel-Aviv (Israel). El desenlace de este  pugilato entre una y otra parte (Ghannouchi-pueblo de Túnez), en el contexto de los cambios en el Magreb (Egipto, Libia Y Túnez) causa un marcado temor tanto en la Casa Blanca como en Tel-Aviv.

Lo extraordinario es que el estallido de la rebelión tunecina y egipcia y el derrocamiento de los sátrapas mediante la insoportable presión de las masas en muy corto tiempo, fue casi enteramente realizada por la juventud universitaria de 18-28 años, vanguardia desafiante, que a su vez arrastra las clases medias profesionales, el poderoso sindicato UGTT (hasta ahora amordazado) así como enormes contingentes de todas las edades y condiciones sociales frustradas.  Lo importante es que la juventud que liquido a los tiranos Mohamed BEN ALI  (Túnez) y Hosni MUBARAK (Egipto) eran en verdad enormes legiones víctimas del hambre, el desempleo, las enfermedades, sin vivienda, sin recursos para mantener sus hijos, sus padres, hermanitos y demás seres queridos.  Recordemos que Túnez era alabado por las IFIS (Instituciones Financieras Internacionales) y por las agencias calificadoras de riesgo (Standard and Poors, Fitch y Moody)  como el país más prospero, con el mayor PIB de la región (Producto Interno Bruto) y como un  país modelo de maravillosas oportunidades. ¡Grosera fantasía y publicidad engañosa! La triste realidad era otra: muchísimos jóvenes bien preparados para la vida (pero desempleados) contaban hasta con dos o tres maestrías y doctorados con mención honorifica, en una vana e inútil esperanza de conseguir un trabajo pobremente aunque fuese pobremente remunerado.

Abandonados a su propia suerte por el régimen, sus esfuerzos meritorios se tradujo en cero oportunidades y  mas exclusión social. Perdieron la fe y toda esperanza. Pero acaso lo realmente importante es que también perdieron el miedo a la salvaje represión y a las atroces torturas e infames vejámenes, a los cuales fueron sometidos hombres y mujeres arrestados por el “delito” de exigir el derecho de vivir. Al perder los pueblos ese miedo que constituye la base del poder y la fuerza de los tiranos, también descalifican, deslegitiman y aíslan a los tiranos, quienes presa del pánico suelen tener la locura de ordenar disparar contra las masas. Es en ese instante cuando su suerte queda echada. “El cazador pasa a ser el cazado”. La debilidad, el temor, la angustia y el rápido abandono personal por parte de sus colaboradores más cercanos les conduce velozmente a la depresión y a la caída estrepitosa, entrando así en el oscuro e inseguro túnel del exilio. Hay que retener algo importante: Los jerarcas que crean que los pueblos de Túnez y el Mundo Árabe en rebelión se conformaran con reformas cosméticas y promesas ambiguas pecan de incautos. Muhammad Ghannouchi, ex Premier del dictador y hombre fiel a Washington, en un desesperado esfuerzo por perpetuar la mafiocracia de BEN ALI,  desata una nueva ola de represión policial contra miles de protestatarios que reclaman reformas que frenen el hambre, el desempleo, el precarismo y la inequidad social ¡Grave error, pues demuestra que no ha aprendido nada de la triste suerte de BEN ALI! Ese desafortunado hecho podría costarle su cargo, el de todo su entorno, su seguridad y la de su familia, podría provocar un segundo huracán social en Túnez y su propagación a Egipto y al resto del mundo árabe y musulmán, con serias repercusiones políticas en otras regiones y trastornos económicos en el mundo entero (es siempre una pequeña chispa la que pone fuego a toda la pradera).

(En hora buena, nos acabamos de enterar de la dimisión de Ghannochi al cargo del Primer Ministro debido a la airada presión de masas en la calle, lo cual indica que la rebelión tunecina, aunque demore un tanto, ya está en tránsito hacia una Revolución social multifacética y no habrá fuerza militar alguna que la detenga. El cambio social podría ser moderado debido al proverbial temperamento pacifico del tunecino, pero seguramente con un fuerte viso de nacionalismo, transparencia, equidad social y revisión de política exterior. La idiosincrasia tunecina aborrece tanto las tiranías islamistas “tipo AL-QAEDA”,  los regímenes autocráticos tipo “Ben Ali“, “Gadafi” o “Mubarak”, así como el neoliberalismo salvaje impuesto por la IFIS y que arrastraron el país a la miseria y han creado un efecto social traumático.

Finalmente, no podemos concluir este análisis sin informar sobre un dramático detalle que retrata la pesadilla tiránica de BEN ALI. Un día antes de la patética huida del dictador ordenada por el Presidente Obama, la bella peluquera Leila del “clan Travelsi” (el grupo familiar de la esposa de BEN ALI), tomo de asalto el Banco Central de Túnez, metralleta en mano y  al frente de un grupo de forajidos uniformados saquearon todo cuanto pudieron, llevándose una tonelada y media de lingotes de oro y decenas de millones de divisas en euros y dólares. Se estima a grosso modo que BEN ALI y su compañera se robaron aproximadamente US$25,000 millones, durante 23 años de poder absoluto.  De nada le servirá, pues el nuevo gobierno de Túnez ya ha solicitado con resultados positivos la congelación de la cuantiosa fortuna a nivel mundial y la repatriación de la misma. Es muy probable que tanto el cómo su mujer verán su extradición y vivirán por el resto de sus vidas en una lóbrega y mugrienta cárcel, los sufrimientos que el infringió a miles de familias destruidas por su vesania. Como el lector podrá apreciar la operación gansteril de Leila es digna de un película taquillera de Hollywood, al viejo estilo de “Bonnie and Clyde”.

LA INSURRECCIÓN DE EGIPTO

El bíblico país de los faraones, hoy Republica Árabe de Egipto se ubica en el noreste africano, posee costas sobre el mar Mediterráneo y el Mar Rojo; colinda con Libia, Sudan e Israel. Cuenta con una superficie de 1,001, 450,000 km2 y una población de 84,5 millones de habitantes.  Prácticamente, el 97% de Egipto es un gran desierto con algunos oasis y su gran bendición es el RIO NILO, el cual fluye de Sur a Norte fertilizando todo el llamado “Valle del Nilo” gracias al limo rojo y sus sales minerales. En realidad el suelo ricamente fértil es una estrecha franja de tierra de 10 a 25 km de ancho que bordea el Nilo y sobre la cual se asienta más del 40% de una población campesina dedicada a la faena agrícola para suplir a las necesidades alimenticias del país. La represa de Assuan y el embalse del lago Nasser mitigan el hambre en tiempos de severas sequias. Pese a ello, esa angosta franja costera que fertiliza el Nilo, se esta quedando pequeña para garantizar plena seguridad alimentaria a la gigantesca población egipcia en pleno crecimiento. Debido a esto, el país depende crónicamente de importaciones masivas de alimentos para compensar el enorme déficit alimentario nacional y depende crecientemente y cada vez más de los excedentes de alimentos que los Estados Unidos de América le proporciona a cambio de su obediencia política incondicional. No es gratis. Con todo, el país posee recursos naturales, tales como fosfatos, sal, mineral de hierro y piedra de alta calidad. También cuenta con limitados yacimientos de gas y petróleo en la península del Sinaí, aunque son el turismo (4 millones de visitantes) y los ingresos del Canal de Suez (4,000 millones anuales) sus principales fuentes de ingreso.
Egipto es con mucho la nación más importante, influyente y de mayor peso especifico en el Mundo Árabe, este ultimo (360 millones ha.) esta compuesto por cuatro conjuntos subregionales: Magreb, Mashrek, Medio Oriente y Península Arábiga. Desde la antigüedad y aun hoy, Egipto juega un papel crucial en el comercio internacional y en las relaciones internacionales a nivel del mundo musulmán de 1,500 millones de fieles. (En cuatro continentes del planeta) Es por excelencia el centro de gravitación geopolítica, geoestratégica, diplomática, militar, bancario, bursátil, turístico, académico, cultural e intelectual del Mundo Árabe. Es la potencia militar regional sunita por excelencia. “Todos los caminos conducen al Cairodicen los árabes parafraseando el refrán del antiguo imperio romano.

En el contexto de nuestra época contemporánea, 180 años después de haber sido cruelmente avasallados (desde tempranas horas del siglo XIX)  por Gran Bretaña y Francia y luego por los Estados Unidos de América, a partir de los años 50 del siglo XX, los pueblos árabes comienzan a despertar de la noche negra colonial encabezadas por las  monarquías feudales árabes al servicio de Washington y Europa. Pero he aquí que un hecho insólito e inesperado habría de cambiar la historia política de Egipto y de gran parte de la región. En el año de 1952 acontece la gran revolución militar nacionalista que derroco al Rey FARUK, gesta liderada por el Coronel GAMAL ABDEL NASSER,  pro-hombre,  patriota, líder carismático e ideólogo del nacionalismo y la unidad pan-árabe. La revolución militar y de vocación popular de GAMAL ABDEL NASSER surtió el efecto de un tremendo terremoto político para la multiregion, ya que devolvió la dignidad personal, familiar, social y espiritual del hombre de la calle en todo el mundo árabe. Tanto fue así, que influyo en forma determinante en el estallido de la Revolución argelina en 1954 que termino con el poder colonial francés en 1962, luego de una cruenta guerra de liberación nacional que dejo más de 300,000 muertos y culmino con la fundación de la Republica Popular Democrática de Argelia ese mismo año.

Enormes fueron los beneficios materiales que recibió el pueblo egipcio de la Revolución Nasseriana que triunfo políticamente en  su lucha contra el ataque militar de Francia, Inglaterra e Israel (juntos), pocos días después de la nacionalización del Canal de Suez en 1956, un acontecimiento de resonancia mundial cuyo impacto sicológico y social llego inclusive a conmover fuertemente a la Republica de Panamá, potenciando el nacionalismo de la juventud panameña frente al tema del Canal de Panamá.  Claro está, Egipto gana políticamente su lucha el ataque tripartita gracias a la intervención diplomática de la ex Unión Soviética quien apoyo a Nasser y amenazo con usar la bomba atómica contra si estos no desistían de no desistir de sus propósitos de adueñarse del Canal. Fue un cálculo geopolítico. La ex Unión Soviética buscaba nuevos aliados y esferas de influencia en el Mundo Árabe. En el plano interno de Egipto, la revolución del Coronel Nasser construyo exitosamente la modernización economica, social, cultural e infraestructural de alto perfil y paralelamente opero una redistribución seria y efectiva de la tierra disponible,  de la riqueza nacional, de los ingresos y las oportunidades, con un sentido de admirable honestidad, justicia y equidad social.  Logro construir una base industrial en expansión cuando la muerte le sorprendió.

Fue el creador de un nuevo concepto del socialismo democrático árabe, mas basado en una amplia estatización de sectores claves de la economía y en la lucha anticolonial y antiimperialista, que en la supresión de la propiedad privada y la promoción de la lucha de clases. Era otro concepto ideológico que tomo en cuenta las realidades objetivas de la sociedad, la cultura y las tradiciones árabes, mas no por ello dejo de ser una línea democrática, progresista y revolucionaria en su tiempo. La influencia y el prestigio nasseriano fue el factor determinante en la la formación del Partido Baas en Irak y en Siria que llevo al poder al poder a regímenes nacionalistas, al igual que en una gran parte del Mundo Árabe. Más todavía, la proyección de la cuestión palestina y su lucha en el horizonte regional e internacional, aunado a la aparición de la Revolución Libia de 1969 (cuando Muammar El Gadafi era en sus inicios un hombre cuerdo e idealista), fueron consecuencias de la influencia de la Revolución nacionalista Nasseriana.

Aunque Egipto nunca ha sido un país productor y exportador de petróleo y gas, Nasser, tras bambalinas jugó un papel muy influyente en alentar, apoyar y orientar verticalmente la idea venezolana y de otros grandes productores de petróleo árabes, a crear a la brevedad posible un frente común que hiciese una realidad el ejercicio de la soberanía permanente sobre los recursos energéticos de los países árabes, africanos y latinoamericanos. Su intervención (a lado de Venezuela) fue determinante para la creación de la ORGANIZACIÓN DE PAÍSES PRODUCTORES Y EXPORTADORES DE PETRÓLEO (OPEP) (al cual Egipto nunca perteneció), entidad que se fundó el 14 de enero de 1960 en Bagdad, Irak, para mantener el control sobre los precios del crudo,  actuar con unidad de criterios y acciones y poner fin a las relaciones asimétricas impuestas por las  potencias hegemónicas occidentales.

En la celebración de la famosa conferencia de BANDUNG, Indonesia, en 1955, GAMAL ABDEL NASSER saludo calurosamente las decisiones y las normas adoptadas para que  las grandes potencias respetasen los países débiles las relaciones internacionales globales. Eran asignaturas pendientes que el mismo Nasser y el presidente Sukarno de Indonesia habían propuesto como consenso para impulsar una tercera vía al desarrollo durante el periodo de la  Guerra Fría.

Quizás una de las realizaciones de mayor relieve histórico de NASSER fue el haber sido con-fundador y  arquitecto (junto al Mariscal Tito de Yugoslavia, Nerhu de India, Sukarno de Indonesia, Khuame Krumah de Ghana y Bandaranaike de Sri-Lanka, del Movimiento de los Países No-Alineados y del pensamiento creativo tercermundista. Un movimiento de proyección universal, en esencia antiimperialista, anticolonialista y gestor del principio del derecho a la libre determinación de los pueblos, todo lo cual no solo logro revolucionar las relaciones internacionales de su época, sino que abrió paso a un gigantesco Movimiento de Descolonización de Asia, África, Mundo Árabe y América Latina. Proporciones guardadas, GAMAL ABDEL NASSER, reconocido héroe y prócer de la Unidad Árabe y Musulmán, representa (proporciones guardadas) un emulo moderno del Simón Bolívar de quien, por cierto, fue un gran lector y admirador.  

Un activo de Nasser de crucial importancia política fue la de establecer un poderoso bloque tercermundista en la Asamblea General de la ONU, a fin de acelerar los movimientos de Liberación nacionales y  descolonizar territorios afro-asiáticos y enclaves coloniales como el Canal de Panamá, temática con la cual el simpatizaba y acariciaba en una agenda a futuro, cuando las condiciones políticas así lo permitiesen. Recordemos que  fue gracias a la existencia de una mayoría automática en la Asamblea General de Naciones Unidas (3 años después de la muerte de Nasser) que los panameños lograron universalizar el tema del Canal de Panamá y celebrar su primera gran victoria diplomática sobre los Estados Unidos de América, durante la Conferencia del Congreso de Seguridad de la ONU en 1973, en ciudad Panamá. Los históricos ACUERDOS TACK-KISSINGER constituyeron la piedra angular para la celebración de los TRATADOS TORRIJOS-CARTER el 7 de septiembre de 1977, gracias a lo cual Panamá es hoy día soberana en todo su territorio nacional.

El 30 de septiembre de 1970 se produjo la muerte súbita del Presidente GAMAL ABDEL NASSER a causa de un infarto masivo. Trabajaba sin descanso 18 horas al día, fumaba 5 cajetillas diarias de cigarrillos y tomaba docenas de tasas de cafés fuertes en sus horas de trabajo. Momento llego en que cualquier resfriado le enviaba a cama hasta por 2 semanas. La CIA (Agencia Central de Inteligencia norteamericana) deseaba verlo muerto, planeo varios atentados fallidos que le obligaron a tomar extremas medidas de seguridad. La muerte natural del RAIS NASSER conmociono al mundo árabe ya que era amado como nadie y su desaparición habría de cambiar dramáticamente la historia, la economía, la sociedad, la política, diplomacia y el rumbo de la multiregion. El sueño nasseriano de la Unión de Republicas Árabes murió en su cuna. Desde entonces, el mundo árabe cayó muy rápidamente en manos de EE.UU. e Israel se posiciono como el poder regional dominante. La clave fue el control geoestratégico y el rol geopolítico de Egipto en la región. Un ejemplo de ello fue que la atomización de las naciones árabes y los antagonismos políticos entre ellas dejaron en la orfandad el pueblo palestino, condenándolo a vivir sin un hogar nacional, sin piso ni techo.

ANWAR EL-SADATE, también oficial militar era entonces el Vicepresidente de Egipto y se transforma en Jefe de Estado egipcio al fallecer Nasser. En 1973 Sadat ataca a Israel y pierde la denominada guerra del “Yon Kippur”. A partir de ese momento, EE.UU. y la CIA elaboran un audaz plan tendiente a sacar a Egipto de la esfera de influencia soviética a cambio de fuertes ayudas económicas, financieras y alimentarias y de otras promesas doradas, cosa que logran en 1976 cuando Sadate expulsa rudamente a miles de instructores militares y técnicos agrícolas rusos. Los EE.UU. premian a Anwar El-Sadate con la friolera de US$1,000 millones, en un inicio destinado a la ayuda alimentaria y a la creación de puestos de trabajo. “El que paga la orquestra escoge la música – dice el viejo refrán. Sadate alinea su política exterior y militar a los intereses estratégicos de Washington y del Estado de Israel, rompiendo todos los lazos con la ex Unión Soviética. Con la promesa estadounidense de un flujo financiero más abundante de a titulo de ayuda no-reembolsable, Sadate firma un Tratado de Paz con el Estado de Israel el 26 de marzo de 1979, previo Acuerdo-Marco para la Paz en Oriente Próximo, acordado en “Camp David” el 17 de septiembre de 1978.

El Tratado de Paz ponía fin a 5 guerras intermitentes entre árabes e Israelíes e invitaba a los demás países a hacer lo mismo. La reacción del pueblo egipcio y de los pueblos de la región fue la misma: traición de Sadate y la promesa de vengar la injuria. Washington aumenta el premio ipso facto a su nuevo aliado estratégico mas importante en el mundo después del Estado de Israel y Gran Bretaña. Le otorga US$1,500 millones anuales en concepto de ayuda militar, alimentaria y para el desarrollo. Otra elevada suma de dinero es puesta a la disposición de Egipto para sellar el vinculo de amistad “fuerte e indisoluble” Egipto-EE.UU. Entretanto, el fundamentalismo islámico ya había penetrado las Fuerzas Armadas; el 6 de octubre de 1981 tres comandos egipcios saltan de sus camiones durante una parada militar y ejecutan al Presidente Sadate por el “delito de alta traición nacional”, dejando en el palco presidencial un reguero de muertos, ministros u colaboradores cercanos a la cabeza del poder.

Tras la muerte de Anwar El-Sadate accede a la presidencia de la Republica Árabe Unida de Egipto el general HOSNI MUBARAK, un ex piloto de guerra que asciende muy rápido en la jerarquía militar, llegando a ser Jefe de las Fuerzas Aéreas egipcias y luego Vice-Presidente.
No más llegar a la presidencia, Mubarak revela su carácter despótico, autoritario,  corrupto y corruptor. Termina la obra de desmontaje del aparato económico, político y partidista del Presidente NASSER ya iniciada por Sadate, abandona la política de la unidad árabe, liquida las conquistas sociales del pueblo egipcio ganadas durante la era nasseriana,  se une al consenso de Washington, privatiza y desregula casi todo, el neoliberalismo salvaje se transforma en filosofía y doctrina economica de Estado, inobjetable y no sujeta a discusión, se aplican políticas públicas neoliberales inhumanas, se entregan los recursos naturales a la depredación de empresas multinacionales estadounidenses y europeas, se reprime con ferocidad la organización denominada “los “Hermanos Musulmanes”, persigue y encarcela la oposición política, cancela la libertad de pensamiento y expresión, instaura un estado policial omnipotente y un sistema de corrupción voraz e insaciable, institucionaliza la tortura, el suplicio y la aplicación de tormentos en cárceles de espanto. La delación y la ejecución extrajudicial se vuelven una rutina insoportables.

Veamos algunas cifras ilustrativas del infierno que significo 32 años de poder absoluto de HOSNI MUBARAK. Sobre una población de 85,4 millones; la edad promedio de la población es de 24 años, la tasa de desempleo (abierto) es de 16%. El 40% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, es decir con menos de US$1.50 al día, allí donde el promedio de miembros de la familia es de 6 personas dependientes de un solo salario. En contraste la maquinaria de represión asciende a 1,5 millones de policías (3 veces más que los efectivos del ejército) cuyos salarios combinados y armamentos son pagados directamente con los US$1,500 millones de dólares en concepto de ayuda militar. De esa cifra, la corrompida cúpula militar muerde no menos de US$200 millones, lo cual debe interpretarse como la cuota de fidelidad al régimen. Desde 1981 a esta parte los EE.UU. han desembolsado más de US$ 60,000 millones para sostener las Fuerzas Armadas egipcias y el componente de las Fuerzas de seguridad Interna.  Por supuesto sin control ni auditoria alguna.

La economía egipcia es teóricamente y dudosamente la cuarta del Medio Oriente. El PIB (Producto Interno Bruto) andaría en los US$217,000 millones. Sus tres bases fuertes serian el turismo que constituye el 6% del PIB, el Canal de Suez que produciría unos US$6,000 millones y la exportación de mano de obra calificada con sus correspondientes remesas enviadas por millones de trabajadores egipcios calificados desde los ricos reinos petroleros de la península arábiga.

La irrupción de 8 millones de egipcios en la calle que acabo en tan solo 18 días con la dictadura más feroz y ruin del actual mundo árabe, tiene el mismo denominador común que las demás sublevaciones en Túnez, Argelia, Jordania, Omán, Bahréin, Yemen, próximamente el Reino de Marruecos y Libia (pese a su riqueza petrolera): Un aumento descomedido del precio del pan, la canasta básica familiar, el agua, los medicamentos, el vestuario, la vivienda, el transporte público, la electricidad, la telefonía, los materiales de construcción. Todo esto aunado a un desempleo y un hambre galopante, la ausencia de libertades mínimas y el terror psicológico que inspiraba la siniestra policía secreta egipcia, la cual podía arrestar y condenar a muerte o al ostracismo a cualquier ciudadano por honorable que fuese,

Invocando el decreto-ley de emergencia nacional, aplicado durante más de 30 años sin justificación alguna la elite político-militar del poder en contubernio con las elites económicas locales, apadrinaban constantemente nuevos aumentos impositivos solo para favorecer el peculado de la mafiocracia y la insaciable cleptomanía del clan Mubarak (entiéndase sus tres hijos y nueras).

La brecha abismal entre ricos y pobres, la magnitud de la corrupción y el robo de los fondos públicos o asalto al erario del Estado y la situación  famélica del pueblo egipcio alcanzaba proporciones tan alucinantes que se estima que hoy existen 4 millones de millonarios mientras que 40 millones de egipcios malviven en míseras chabolas con menos de US$1,50 al día. El mismo sátrapa Mubarak se embolso, según datos de la Corte de Cuentas egipcia, muy arriba de US$70,000 millones. En otras palabras, el déspota habría acumulado una fortuna muy por encima de los dos hombres más ricos del mundo: Bill Gates y Carlos Slim. Como en Túnez, la fuerza determinante en el derrocamiento del sátrapa fue la juventud universitaria agrupada en el movimiento 6 de abril, en alianza con la clase obrera de las ciudades de Suez y del Cairo y con el decidido apoyo de la poderosa organización “LOS HERMANOS MUSULMANES” (históricamente de tendencia política muy moderada y enemigos del radicalismo islámico). El vacio de oportunidades era total, se perdieron las esperanzas y como en Túnez las masas hambrientas, los profesionales, los obreros y los resentidos por la noche negra de 32 años de despiadada dictadura, perdieron el miedo (el arma más poderosa de los pueblos) y desde la ya histórica Plaza Tharir (hoy Plaza de la Liberación) marcharon hacia el núcleo del poder, exigieron cambios democráticos fundamentales y radicales (nueva constitución con libertades y derechos amplísimos y cambios significativos en la política economica y política exterior. Lanzaron un desafío y un ultimátum al tirano, al ejército y a su maquinaria de represión. Al igual que el tunecino Ben Ali, el déspota egipcio se derritió como soldado de goma.
Ahora entremos en un análisis comprensivo de la dimensión de la psicología de masas, la dimensión político-ideológica del ejército egipcio y la dimensión geoestratégica y geopolítica de Egipto y su impacto en  la región y el mundo.

1.     LAS FUERZAS ARMADAS DE EGIPTO

El 25 de enero de 2011 25,000 personas irrumpen en la avenida principal del Cairo exigiendo la salida inmediata del terrible tirano HOSNI MUBARAK. Al día siguiente eran ya cerca de 50,000, en las próximas 48 horas lindaban los 100,000 manifestantes e hicieron de la emblemática Plaza Tharir,  su centro de campaña ofensiva. En cuestión de días alcanzaron la cifra de 1, 000,0000 (un millón) de enardecidas personas, resueltas contra viento y marea a expulsar el sanguinario sátrapa.  Entretanto, en el resto del país la movilización trepaba a la insólita cifra de 8 millones de indignados ciudadanos en las tres grandes ciudades: Suez, Alejandría y el Cairo (la capital), lanzaron un ultimátum a Mubarak y marcharon en zafarrancho de combate, viniese lo que viniese.

El análisis del fenómeno revela que el efecto multiplicador de efecto metastasico fue el producto de la acumulación del odio y el desprecio popular por los verdugos durante 32 años, el cual alcanza su cenit con la decisión ciudadana de sumarse al movimiento arrollador de masas. Esta determinación, anula su percepción, razonabilidad y/o racionalidad frente a las consecuencias de enfrentar el mortífero aparato represivo del enemigo. Luego se dispara la emotividad que da lugar a un sentimiento y conciencia de la enorme fuerza del individuo amparado por la fuerza y el contra-poder arrollador e imparable de las masas enardecidas. Es precisamente este mecanismo interno en la psiquis del hombre de la calle lo que produce la pérdida total del miedo al fusil y al símbolo de autoridad abusiva del uniforme militar, que con todo su equipo letal infundía un temor paralizante individual y familiar.  Por su lado, al principio los verdugos atacan con su acostumbrada ferocidad (seguros de su invencibilidad e impunidad), pero pronto el efecto metastasico de masas, el ruido ensorcedecedor del coro de voces y la impresionante marea humana que avanza como un “tsunami” rebasando todo a su paso, terminan, a su vez, por asustar en forma paralizante la policía, las fuerzas de Seguridad y el propio ejército. Sienten que los papeles pueden invertirse de un momento a otro y ya comienzan a sentir un sentimiento de pérdida de control e inseguridad.

En los regímenes dictatoriales o autoritarios, la policía regular, la gendarmería, la policía secreta y los cuerpos paramilitares se caracterizan por un bajísimo nivel de educación,  valores e insensibilidad humana, porque fueron instruidos en la cultura del odio y la destrucción, y por tanto ven en la ciudadanía a un potencial enemigo, además de una presa fácil de abuso.  No así los oficiales del Ejército, la Marina y la Aeronáutica egipcia (570,000 efectivos) cuyos oficiales tienen acceso a formación universitaria y post-universitaria y no pocos de ellos poseen una cultura general, política y social, tanto así que se dan con avidez a la lectura con un espíritu reflexivo e intelectual, en sus momentos de intimidad. Claro está, con muchas y peligrosas limitaciones para su carrera castrense si son detectados por los omnipresentes Servicios de Inteligencia Militar y Seguridad del Estado (G-2), infiltrados y constantemente vigilados por un sistema de delación en todos los cuerpos y unidades de las Fuerzas Armadas, a objeto de perpetuar el régimen dictatorial.  

El Presidente GAMAL ABDEL NASSER había puesto en línea el ejército con una educación política y social avanzada en sus filas y la construcción del nacionalismo militar revolucionario de la época. Nasser abrió la educación superior civil universitaria y especializada a los oficiales de la Fuerzas Armadas a objeto de preparar los cuadros políticos y técnicos de la Revolución nacionalista egipcia. Pero resulto que todos ellos fueron eliminados o pasados a retiro prematuro durante el régimen de HOSNI MUBARAK; ahora se sabe que la joven oficialidad mantiene un cordón umbilical clandestino con las ideas de Nasser. Comparativamente, el Nasserismo egipcio y el Peronismo argentino comparten grandes similitudes doctrinales en la historia política de América Latina y el Mundo Árabe.

En otras palabras, estas dos grandes corrientes nacionalistas son inolvidables e imborrables, están presentes en la oscuridad de las Fuerzas Armadas y están destinados a perpetuar generacionalmente su influencia histórica en la consciencia y el subconsciente del ejército y los partidos políticos. Tómese en cuenta que tales sentimientos secretos están presentes en la muy joven nueva camada de oficiales, minoría en los cuerpos castrenses, pero el proceso insurreccional del pueblo egipcio los fortalece moral y políticamente y solo esperan que las condiciones lleguen a su momento optimo. Ellos constituyen la elite patriótica y bien educada del ejército que nada tienen que ver con la corrupta cúpula militar y la oficialidad superior mubarakista.
Lo anteriormente expuesto, explica porque el ejército egipcio (aunque constantemente purgado ideológicamente por El-Sadate y Mubarak) no oso reprimir las masas con sus potentes blindados y armas de gran poder destructivo, sino que más bien confraternizo y comprendió la legitimidad y las exigencias de las masas. Civiles y militares encaramados juntos en los modernísimos tanques “Abrams M-1 confraternizaban con el pueblo casi como que si fuesen del mismo bando. Pero se trataba solo de soldados, clase y  jóvenes oficiales de rango medio (al mando de los tanques y las tropas). La oficialidad superior y la cúpula del ejército no se atrevieron a impartir las instrucciones sanguinarias ordenadas por Mubarak, precisamente por el temor que los jóvenes oficiales no obedecieran y se rebelasen abiertamente contra sus superiores. En su fuero interno, saben que el ejército está dividido y que algo está sucediendo. La cúpula corrupta sospechan que la oficialidad militar joven esta consciente que los tenientes coroneles, coroneles y generales disfrutan beneficios y réditos millonarios que obtienen de la satrapía egipcia. Están conscientes que el fantasma nasseriano aun ronda en las Fuerzas Armadas y viendo que la tropa, clases y oficiales jóvenes del ejército (sub-tenientes, tenientes, capitanes y mayores) rehusaban disparar contra el pueblo, aconsejaron a Mubarak no cometer tan irreparable error. Por el contrario, cuando Mubarak ordeno (al igual que Ben-Ali en Túnez masacrar el pueblo). La cúpula corrupta no le quedo más remedio que aceptar “le fait accompli”  (el hecho consumado) y fingir que apoyaban la decisión de sus subalternos de interponerse en medio de la policía, las fuerzas de seguridad internas y el pueblo egipcio, a fin de evitar un derramamiento de sangre que habría de poner en inminente peligro existencia misma de la institución militar, tal como está estructurada ahora.

Esto nos lleva a evocar un principio arraigado en casi todas las Fuerzas Armadas modernas: “Es preferible que desaparezca el régimen político y nunca la institución militar y sus intereses creados” “Todo se puede negociar” en aras de salvar el “statu quo” en las Fuerzas Armadas. (Entiéndase el sistema de corrupción, nepotismo y amiguismo) El instinto de auto conservación del instituto armado prevalece sobre el régimen y la jefatura política. Siempre habrá un espacio de negociación que salve existencialmente las Fuerzas Armadas y el patrimonio económico de los cuadros superiores de la Armada, antes que desaparezca la institución  con las trágicas y dolorosas consecuencias presumibles. Así pues, el instinto de auto conservación del ejército y las demás ramas militares están por encima de toda contingencia. Ese fue el factor dominante de la renuncia al poder y caída en desgracia de HOSNI MUBARAK. Le sucedió lo mismo que a BEN ALI de Túnez: Obama le ordena con voz de mando abandonar de inmediato el poder y dejar que el sicario del régimen OMAR SULEIMAN la tarea de efectuar una “transición ordenada y pacífica” hacia un supuesto nuevo orden democrático. Las grandes potencias no tienen amigos ni lealtades, solo intereses.

Las sangrientas dictaduras del Medio Oriente cuando llevan mucho tiempo en el poder les gusta perpetuar el mismo en la persona de sus hijos y así crear dinastías feudales. Mubarak al igual que casi todos los tiranos de la región pensaba en convertir a su hijo mayor en dictador vitalicio. La rebelión egipcia frustro todos sus planes y también los del chacal, el General OMAR SULEIMAN, Jefe de los Servicios de Inteligencia Militar y Seguridad del Estado egipcio y aspirante al cargo de Presidente de la Republica Árabe de Egipto. El general Suleiman, hombre astuto, perverso y ruin como su jefe, era apodado el “Jeque torturador”, por su adicción a aplicar torturas medievales y destruir físicamente a sus víctimas (mas de 200,000 personas, en su inmensa mayoría inocentes). Hombre de toda confianza de Mubarak, “el chacal” Omar Suleiman era considerado el hombre más poderoso y despiadado del país, tanto así que su jefe lo nombro negociador y mediador en el conflicto palestino entre Hamas de Gaza, OLP de Cisjordania y el Estado de Israel.

“El Chacal” Suleiman es hombre clave y amado por los EE.UU., Gran Bretaña y el Estado de Israel. Su rol principal, además de torturar y ser el perro “doberman” del régimen, era dialogar con los palestinos de Cisjordania (OLP-ANP) y Gaza  (grupo Humas), a fin de crear un Estado Palestino, pero no viable ni democrático, sino dependiente y subordinado a los intereses de Washington e Israel, sin recursos naturales soberanía ni independencia real. Tan grande era el odio del “chacal” Omar Suleiman por los palestinos de Gaza que fue el responsable del cierre permanente del paso de Raffah (paso de entrada y salida de Egipto y Gaza) con la finalidad de estrangular economica y materialmente a millones de palestinos hambrientos y enfermos. En extremo apreciado por Tel-Aviv, Suleiman tiene una responsabilidad primaria en la masacre de Israel en Gaza en 2009 y en la asfixia del pueblo palestino de Gaza. Además de ello, es un estrecho colaborador de la MOSSAD (espionaje israelí en el exterior) y de todos los servicios secretos occidentales contra la Republica Islámica de Irán y en este plano su papel era facilitar una invasión árabe-israelí a ese país persa con el otorgamiento de facilidades de Egipto y las petro-monarquias de la península arábiga. Su ambición máxima era ser presidente de Egipto, cosa difícil en razón de que el hijo de Mubarak era el “ungido de su padre. Antes de renunciar y poner pie en polvorosa, Mubarak lo designa Vicepresidente de la republica a objeto de negociar con los representantes de la rebelión egipcia las amplias y profundas reformas democráticas que el pueblo exige. ¡Que tremendo contrasentido! es como dejar en manos del gato la seguridad del ratón recién nacido.

El pueblo egipcio gano rotundamente el primer combate, pero ahora viene la segunda y decisiva batalla por una constitución política radicalmente diferente y, sobretodo un cambio fundamental en la adopción de políticas públicas económicas basadas en el bienestar social y el rechazo al NEOLIBERALISMO, a las políticas del FMI y la Banca Mundial,  causantes de la rebelión de los hambrientos en el Mundo Árabe.  Al igual que en Túnez, Washington está desplegando denodados esfuerzos por preservar el statu quo” en el país, es decir, proceder al cambio de rostros y apellidos, pero con mente neoliberal, comprobada obediencia norteamericana (“yes man”) y con conciencias  mercadeables, siempre en el marco de la sobrevivencia del escandaloso sistema de privilegios. En otros términos, La permanencia del “Mukabarismo sin Mubarak”. A cambio de reformas democráticas cosméticas y una cierta mejoría en las condiciones de vida y de trabajo del pueblo egipcio, tres cosas son fundamentales y no-negociables para Washington: a). el ejército Mubarakista debe continuar siendo “el verdadero poder detrás del trono,” es decir, proseguirá siendo discretamente un cuerpo políticamente deliberante. b). El Estado egipcio deberá reflejar su fidelidad a la doctrina economica neoliberal (“consenso de Washington”) c). El nuevo gobierno jamás deberá romper la alianza y el triangulo de intereses estratégico Estados Unidos, Egipto e Israel. Es decir, que los Acuerdos de Camp David y los términos de Tratado de paz entre Egipto y el Estado de Israel jamás podrán ser ignorados d). la línea política de Mubarak frente al grupo radical islámico palestino “HAMAS” de Gaza, podrá ser suavizada pero no cancelada pues ello atentaría contra la seguridad del Estado de Israel y contra los intereses vitales de EE.UU., alterando el equilibrio y la estabilidad de la región.

Si bien estas condiciones de Washington parecen ser terminantes y de estricto cumplimiento por parte de las futuras nuevas autoridades del país, no es menos cierto que, en política nada está escrito y exento de sorpresas. Pese a la férrea vigilancia de la inteligencia militar y a las constantes purgas del Servicio de inteligencia en el ejército egipcio, Como ya lo dijimos y lo reiteramos, se sabe que las Fuerzas Armadas egipcias están divididas en distintas corrientes y tendencias políticas, posiblemente cada cual oculta en células durmientes o sociedades secretas, en espera de la ocasión propicia para actuar: una corriente nasseriana, fiel a los principios y a la memoria del RAIS GAMAL ABDEL NASSER, un grupo de islamitas radicales wahabitas, de tipo AL-QAEDA, un grupo islamita moderado, próximo al modelo turco y, en fin, otro grupo democrático-liberal, partidario de una democracia representativa de tipo occidental. Se estima que la tendencia al modelo turco, seguidos por la nasseriana constituyen el grupo con mayores aspiraciones de cambio.

La oficialidad superior egipcia en el rango de tenientes-coroneles, coroneles y generales  (40-55 años) son conservadores, autoritarios, inmersos en la corruptela y enriquecidos a más no poder por el régimen de Mubarak. En la eventualidad de un enfrentamiento interno, los corruptos carentes de autoridad y moral no resistirán la embestida de las jóvenes camadas de oficiales con mando y Jurisdicción (23-30 años de edad). Ahora bien, sabemos que la columna vertebral de un ejército son los sargentos, subtenientes, tenientes y capitanes quienes realmente conviven y comparten a diario las penas y las cuitas de la tropa durante las 24 horas del día. Por tanto su autoridad y voz de mando sobre los grandes contingentes de tropas y fuerzas especiales se imponen a la de sus superiores y serán claves y decisivas a la hora de un Golpe de Estado Militar. Pareciera que la corriente nasseriana y pro-modelo turco, aunque clandestinamente, se hayan bien posicionadas en la opinión pública y gozan de la credibilidad y el aprecio afectivo de las tropas. A la hora de un “Putch militar”, tanto la oficialidad superior como la cúpula militar corrompidas serán presas fáciles de arresto por parte del mando subalterno. Precisamente, porque han perdido crédito y respeto.

En estos precisos momentos, la cúpula militar y la oficialidad corrompida, convertidos en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, es el único gobierno del país. Siguiendo el deseo de Washington todos son  hombres de Mubarak. La presión de EE.UU. parece ser efectiva a tal punto que el Alto Mando del ejército está amenazando el pueblo, lo que significa que ya está en marcha una contra-revolución destinada a secuestrar los ideales del pueblo egipcio y restablecer el viejo orden con nuevos rostros y discursos.  La cúpula militar exige al pueblo abandonar su lucha histórica iniciada el 25 de enero, evacuar las calles, abandonar las huelgas y abstenerse de mayores demandas y reivindicaciones, argumentando que las huelgas dañan la economía y la seguridad nacional. No solo eso. Mantienen el estado de emergencia y se niegan a liberar decenas de miles de presos que languidecen en las mazmorras de la era Mubarak, persisten en continuar con el bloqueo económico y humanitario a Gaza palestina y niegan a las masas su derecho a congregarse y protestar en la Plaza Tahrir. Amenazan con severas represalias lo que podría anunciar una confrontación pueblo-Fuerzas Armadas. La reacción de las organizaciones populares y de las masas egipcias no se ha hecho esperar y de suma importancia son las palabras del teólogo YUSSUF AL-QARADAWI, la mayor autoridad de la fe musulmana en Egipto:  “no intenten robarnos nuestra revolución democrática”. ”La revolución no ha terminado, apenas está empezando y debe iniciarse inmediatamente la reconstrucción de Egipto” “No permitan que nadie se les interponga en el camino” “No queremos ni a Mubarak, ni a sus agentes, queremos la purificación de un nuevo régimen y Egipto (entiéndase esto como una seria advertencia a EE.UU. y a la cúpula y oficialidad superior putrefacta de las Fuerzas Armadas de Egipto).
Los jóvenes, las clases medias y la clase obrera en general no aceptarían un gobierno neoliberal u otro hibrido, sin objetivos sociales y nacionales definidos, ambos digitados por Washington y el Pentágono. El pueblo egipcio no simpatiza con figuras pro-occidentales como Mohamed El-Baradei, Al Mussa, banqueros y a personalidades educadas en las escuelas de negocios en Estados Unidos y Gran Bretaña, pues saben que solo aportarían una caricatura de democracia y un neoliberalismo económico destructor del tejido social, sin mayores esperanzas para los millones de desamparados. Por otro lado, el pueblo también detesta las estructuras organizadas de radicales islámicos en Egipto, tales como Yihad Islámica, Gamaa El-Islamiya y el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate.  Siempre según la encuestadora estadounidense “Pew Global Attitudes Survey” el 59% de los egipcios desean una democracia parlamentaria  semejante a la de Turquía con su exitoso Partido Justicia y Desarrollo (AKP), el cual practica un islamismo muy moderado políticamente y celosamente respetuoso de los derechos constitucionales y de las libertades públicas e individuales de los turcos. También el 60% se opone rotundamente a un régimen de terror basado en el extremismo religioso de Yihad Islámica, Gamaa Al-Islamiya o Al-Qaeda. Aunque Egipto es un país musulmán bastante proclive al nasserismo, también es occidentalizado, una sociedad tolerante, pluralista y respetuosa de la libertad y de pensamiento y expresión. El terrorismo islámico no tiene la menor oportunidad de triunfar en Egipto, aun cuando el ejército cuente con una pequeña facción de ellos.
En particular, Egipto sangra profusamente por una dolorosa herida: el aniquilamiento del pueblo palestino por metralla, hambre, sed y desnutrición. Precisamente, una de las causas de la revolución egipcia es que el hombre de la calle y su familia no perdono nunca a Mubarak, Suleiman y a la corrupta cúpula militar de haber ayudado al Estado de Israel en la masacre de los palestinos en la franja de Gaza en 2009, el terrible ataque en aguas internacionales a la llamada “Flotilla de la Libertad” que trasladaba a la franja de Gaza ayuda estrictamente alimentaria, agua y medicamentos, el cierre del paso de raffah en Gaza (por órdenes expresas de Mubarak y Suleiman) que ha producido un estado de miseria economica palestina espeluznante.  Otro reciente encuesta efectuada por la agencia norteamericana “Pew Global Attitudes Survey revelo que el 83 % de los egipcios adversan a los Estados Unidos de América, mientras que solo el 17% manifiesta una opinión favorable a Washington. La misma agencia dice el 75% de los egipcios no perciben a la Republica Islámica de Irán como un peligro para la región ni para su país. Igualmente, una abrumadora mayoría del pueblo egipcio condena la invasión militar a Irak, Afganistán y Pakistan. Así mismo se expresan de Siria y Hisbollah (de Líbano), pese a que este último movimiento es de confesión religiosa Chiie y no sunita.

2.     EGIPTO: DIMENSIÓN GEOPOLÍTICA Y GEOESTRATÉGICA E IMPORTANCIA GLOBAL

Egipto es con mucho el país más importante y poderoso del mundo árabe, el cual comprende cuatro grandes aéreas, importantes porque constituyen la mayor olla petrolífera del mundo: Magreb, Machrek, Medio Oriente y Península Arábiga. En efecto, el país de las Pirámides es el centro de gravedad geopolítica, geoestratégica, diplomática militar y comercial de la multiregion. Más aun, es el centro histórico de irradiación civilizadora, cultural, académica e intelectual del mundo Árabe desde los últimos 1,400 años a esta parte y su influencia obviamente persiste. Su enorme población en constante crecimiento (84,5 millones) y su papel influyente en el plano político y diplomático le otorgan un peso específico en las relaciones internacionales modernas.

La importancia geopolítica y geoestratégica de Egipto, a semejanza del Canal de Panamá, dimana de su  privilegiado posicionamiento geográfico de clase mundial. En primerísimo lugar Por la existencia del  CANAL DE SUEZ, abierto al comercio mundial el 16 de noviembre de 1869 y por el cual pasan de 1,8 millones de barriles diarios de petróleo, desplazando el 14% de la economía mundial. De llegar a interrumpirse el transito petrolero por esa vía acuática la economía estadounidense estaría en muy graves aprietos considerando su casi nula recuperación desde la crisis financiera de 2008.  SUEZ significa un eje de vital importancia para la economía, el comercio y las finanzas mundiales. El Canal de Suez es el punto de enlace o articulación  del Mar Mediterráneo, el Mar Rojo y el Golfo de Adén, conducentes al Mar Arábigo y al importantísimo Cuerno de África, lo que quiere decir que quien despliega la mayor cantidad de fuerza naval en el Océano Indico y controle sus estrechos marítimos posee la llave del poder militar global y el control de gran parte de la economía mundial. Allí confluyen  intereses regionales y globales, desde los servicios secretos extranjeros y del espionaje mundial, hasta el mercado de capitales procedentes del Reino de Arabia Saudita, de los Emiratos y de los Principados de la Península arábiga aglutinados en la gran urbe del Cairo. Si nos fuese permitido parafrasear a los antiguos romanos, diríamos que “todos los caminos conducen al Cairo”.

El Océano Indico es el nuevo espacio oceánico de primera línea para el comercio mundial y sin lugar a dudas allí se librara la gran batalla por la dominación mundial.  Ya ha venido a ser el nuevo centro mundial de la circulación de la energía, el comercio mundial así como el nuevo campo de batalla de la diplomacia y la política mundial. En otras palabras, es el centro estratégico del planeta. El Almirante Alfred Thayer Mahan, creador del poder naval norteamericano a fines del siglo XIX (1880) ya lo había dicho con precisión profética: “quien controle el océano indico controlara el mundo y será dueño del poder global”. Ya para aquella época EE.UU. construyo una Marina de Guerra imperial que desafiaba a Gran Bretaña en los 7 mares del planeta, en función de esa visionaria premisa geoestratégica, anticipándose 120 años a su tiempo. El Canal de Suez tiene estrecha relación con el denominado Arco del Islam que va desde Somalia (África Oriental) hasta el Sur de Asia. Hoy día el 70% del petróleo mundial pasa por el Océano Indico y el transito es creciente. En razón de tal, el Océano Índico es objeto de una feroz lucha entre China, India y Occidente. Resulta que el Canal egipcio de Suez proyecta su influencia hasta el estrecho de Malacca (Indonesia- Malasia), pasando por el Cuerno de África, hasta el Mar meridional de China, el Mar Amarillo y el Mar de Japón.

En el contexto de la decadencia de EE.UU. y Europa y el irresistible ascenso de China y su enconada rivalidad con India, se ha fortalecido el valor estratégico del Canal de Suez para estas dos grandes economías globales. Robert Kaplan, asesor del Presidente Obama afirma que El Mar Indico se ha convertido en “la autopista mundial del petróleo”  porque todo el petróleo y el gas que transita por el Canal de Suez procedente de Arabia Saudita surca el Indico rumbo a China y Asia Oriental. Pekín está consciente que EE.UU. busca a toda costa, tenderle un cerco energéticamente asfixiante a China utilizando una cadena de bases en ese espacio oceánico, principalmente a partir de la enorme base aeronaval ubicada en la “isla de Diego García”, en pleno centro del Mar Indico. Para contrarrestar a EE.UU. China está modernizando aceleradamente su programa misilistico de largo radio de acción (ICBM), construye una poderosa Marina de Guerra cuya fuerza aeronaval estará dotada de los modernísimos aviones bombarderos “invisibles” J-20 y fuerzas especiales de alta eficiencia y eficacia operacional. Ha incrementado en un 12,7% su presupuesto de Defensa para achicar la brecha tecnológica militar que aun le separa sensiblemente de USA. Al mismo tiempo lleva a cabo denodados esfuerzos por integrar una red de oleoductos y gasoductos a través de Asia Central para hacerse menos dependiente de la ruta del Indico, cada vez mas saturada por las naves de las flota de guerra norteamericana, portadoras de misiles de alta precisión y poder ofensivo. Quiéralo o no, la ruta petrolera por el índico es de vital importancia para que el Dragón asiático logre sostener un fuerte crecimiento económico nacional (PIB) del orden de 7,5% para el año 2011. Pero, Asia Central ex soviética vive una gran inestabilidad política, problemas étnico-religiosos agudos que vislumbran para China un porvenir bastante inseguro en lo que a oleoductos y gasoductos se refiere. En fin, señalemos que en razón de la gigantesca multiplicación del comercio de China con el Mundo Árabe, África y América Latina, el Canal de Suez se posiciona muy bien en el nuevo eje de poder Sur-Sur (China –India).

EL RIO NILO que atraviesa el desierto egipcio es otro factor de crucial importancia geopolítica en un mundo donde la disponibilidad de agua es cada vez más escasa y se agota vertiginosamente, (solo 2,5% de existencia en la tierra), debido al cambio climático mundial provocado por los países de Primer Mundo y la acción depredadora del hombre que agrava los trastornos medioambientales. Todos sabemos que las guerras del siglo XXI se libraran por el control del agua y los más importantes acuíferos mundiales, los alimentos mediante la supresión de la agricultura familiar y la concepción genocida del control de los “agro combustibles”, de los combustibles fósiles (gas-petróleo) y los minerales estratégicos de los países más débiles del Tercer y Cuarto Mundo.  Para hacernos una idea de la maravillosa riqueza que representa el RIO NILO para Egipto concienciemos que más de 1,200 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable, mientras que 1,500 millones adicionales enfrentan una creciente escasez para el consumo humano y sus necesidades domesticas y productivas. Se estima que para el año 2,050 más de 2,000 personas se quedaran sin una sola gota de agua potable, mientras que 66 países padecerán de escasez aguda del vital líquido. Al ritmo actual del crecimiento demográfico el consumo crecerá en un 50% y ya hay muchos países del Medio-Oriente en una potencial situación de conflicto político-militar a causa del agotamiento acelerado del agua.  Ahora bien el tema clave para Egipto es que el Rio Nilo está sufriendo un evaporamiento de sus aguas en un 12% anual, lo que aunado a una sobre explotación y depredación demencial del neoliberalismo salvaje constituye un peligro mayor para esa histórica fuente de aguas. En verdad, los 84,5 millones de egipcios hubiesen hoy día podido contar con soberanía y seguridad alimentaria si el país y el rio no hubiesen sido entregados por el sátrapa Mubarak a los intereses depredadores del neoliberalismo salvaje. Seamos francos, en este siglo XXI con un alto nivel de deterioro medioambiental, el país que pierde su libre determinación y no resuelve (entre otras cosas) la tarea prioritaria de la “revolución verde”, se quedara sin agua, sin comida, sin biodiversidad y sin soberanía y/o seguridad alimentaria. No es exagerado pensar que un país traicionado en tal manera, podría correr el riesgo de desaparecer o al menos condenado a ser territorio  de conquista.

La cuenca hidrográfica del NILO es de 3, 254,555km2 (el 10%) de la superficie de África. Teóricamente es el rio más largo del mundo (aunque es probable que el Amazonas sea el más grande). Quizás el principal valor estratégico del rio Nilo es que es fuente de vida, fuente de civilizaciones y culturas maravillosas, desde la antigüedad hasta nuestros días. El NILO es una vía navegable que transporta gentes, mercaderías, materiales y equipos a una importante parte de la población del país. Es una gran fuente de trigo, algodón, lino, recursos pesqueros, el limo rojo fertilizante, minerales ricos para la industria y preciosos recursos alimenticios cuyos productos en hortalizas y carnes son la delicia de los paladares. Una versión nos dice que el Rio Nilo nace  en Burundi, África central (Lago Victoria), corre a través de Uganda, Sudan y Egipto para formar el Gran Delta egipcio sumamente fértil cuando las lluvias tropicales hacen muy caudaloso el rio y hace fertilísimas las tierras aledañas (Valle del Nilo) que desembocan en el Mediterráneo, finalizando un trayecto de 6,965km. Otra versión mas plausible, afirma que es en Etiopia donde nace el llamado Nilo Azul y las copiosas lluvias de su entorno crean  gigantescas crecidas de agua que se encuentran con el Nilo Blanco egipcio en Khartum (Sudan), transformando temporalmente las tierras ribereñas en un verdadero vergel o paraíso terrenal para la producción de toda clase de alimentos. Recordemos que la construcción del Canal de Suez fue posible porque su constructor, el Conde francés Fedinand de Lesseps, cortó un canal de agua dulce en el Delta del Nilo, siendo abierta la vía el 17 de noviembre de 1869 a la navegación mundial.

Hemos de subrayar que el valor geoestratégico y geopolítico del NILO actual, consiste en que el Tratado de Paz entre Israel y Egipto tuvo una estrecha vinculación con las necesidades de agua del Estado de Israel. Se convino un Proyecto de Acuerdo patrocinado por EE.UU., mediante el cual, Egipto desviaría el 0.9% o el 1% de las aguas del Nilo hacia Israel a cambio de la firma de un Tratado de Paz Egipcio-Israelíes en 1979. Pero el ejército egipcio advirtió a Sadate que no aceptaría el robo descarado de las aguas del Nilo bajo ningún concepto” (palabras textuales del Alto Mando Militar de aquel entonces). Pero años más tarde, habiendo sido el ejército egipcio colonizado por EE.UU. y domesticado por Mubarak, este conviene a espaldas del pueblo egipcio un protocolo secreto con Israel y luego un acuerdo mediante el cual Egipto compartiría aguas con Israel a un precio de regalo. El problema del agua en Israel y en general en Medio Oriente es más que acuciante; de momento Israel se surte ilegalmente de los manantiales del territorio sirio ocupado de Las Colinas del Golán y del acuífero palestino de Cisjordania.  Todo parece indicar que la rebelión del pueblo egipcio se orientara a reevaluar sus relaciones diplomáticas Israel, seguramente con un carácter nacionalista. Esto sucederá más temprano que tarde por muy moderados o centristas que sean los nuevos regímenes gobernantes. Un país sin agua y si alimentos es un país virtualmente liquidado, pierde peso específico en la arena internacional. Israel y los EE.UU. tendrán que someterse, en cuanto al agua a una relación de equidad, mas en ningún caso a relaciones asimétricas de dominación y expoliación.

Por otro lado surge un nuevo problema con implicaciones serias para Israel, ya que este país se surte de gas egipcio procedente le gasoducto de SEMUD en la península del Sinaí. La presión de las masas egipcias podría cambiar las cosas sustancialmente y poner en graves aprietos la economía israelí, ya severamente afectada por el peso económico que significa el presupuesto de Defensa y las operaciones militares contra el grupo palestino gobernante HAMAS, en Gaza y la preparación acelerada para un eventual ataque militar nuclear y convencional a gran escala contra la Republica Islámica de Irán. El gran problema actual de  TE-AVIV es que la MOSSAD (espionaje israelí) jamás previo, ni remotamente la caída tan rápida y estrepitosa de Hosni Mubarak. Por el contrario pensó que el supuesto cáncer colon-rectal que afectaba a Mubarak dejaría en corto plazo el poder en manos de su hijo (ladrón y más corrupto aun que su padre) o mejor aún, en manos del mentado General OMAR SULEIMAN (el torturador) hombre de absoluta confianza del Estado de Israel, en planilla de la CIA y de la propia MOSSAD y el AMAN (Servicio de Informaciones militares del ejército de Israel (TZAHAL). Ahora EEUU e Israel teme que Egipto pase de la rebelión a una revolución social, que por muy moderada que sea revisaría, como ya dijimos, sus relaciones con el Estado de Israel y afirmando sus nuevos intereses y su identidad nacional árabe.

El Consejo Militar Supremo egipcio (pro-USA) sigue siendo el poder real y oficial en estos momentos, pero como se sabe, el núcleo duro y pensador de la rebelión egipcia ya está poniendo a las Fuerzas Armadas egipcias contra la espada y la pared: o están con el pueblo o con el Mubakarismo sin Mubarak.  Pese a las amenazas de reprimir el movimiento popular egipcio, el pueblo ha respondido con la reafirmación vehemente de sus ideales, vuelve a concentrarse en la Plaza Tharir, desafía a las Fuerzas Armadas, les exige y les da un plazo para auto-purgarse y borrar toda presencia de los sátrapas militares de la era Mubarak. ¿Resultado? El ejercito consciente que el pueblo perdió el miedo y está resuelto a llegar hasta las últimas consecuencias, no se atreve a lanzar una sangrienta represión por el temor a ser desbordadas por el pueblo y por una acción militar de nasserianos en alianza con oficiales partidarios del modelo político turco (estos últimos bajo influencia de los poderosos “Hermanos Musulmanes”).

Egipto está destinado a jugar un rol protagónico y estratégico de primer orden en el Mundo Árabe, desde cualquier ángulo que se le mire. La creciente rebelión popular en la región posiblemente dará al Cairo un mayor peso específico e influencia política en la multiregion, dependiendo de qué régimen político surja. Si se establece en Egipto una democracia islámica parlamentaria moderada, próxima al modelo turco, lo más probable es que ello tenga un efecto multiplicador regional y, que la cofradía de “los Hermanos Musulmanes” (aunque no obtengan más del 30% de los votos) proyecte una influencia contagiosa, pero centrista por definición en gran parte del Mundo Árabe. Recordemos que los “Hermanos Musulmanes egipcios” detestan el fanatismo religioso y las practicas sangrientas de los grupos radicales fundamentalistas de tipo “Yihad Islámica”. Claro está, existen distintas tendencias en el seno de los “Hermanos Musulmanes”, pero todos comparten la sensatez de la moderación.

El otro posible escenario es que, ante acciones injerencistas de Estados Unidos y sus aliados buscando instalar en el poder un régimen neoliberal, pro-israelí y autocrático (el Mubarakismo sin Mubarak), la corriente nasseriana en alianza con los oficiales pro-turcos decidan impedirlo mediante un Golpe de Estado contundente, apelando al nacionalismo del histórico y gran líder egipcio del Mundo Árabe, GAMAL ABDEL NASSER. Si este fuese el escenario Aunque no fuesen más que una reducida minoría del Cuerpo de Oficiales Militares, las masas populares se concentrarían nuevamente en la Plaza Tehrir y se lanzarían a las calles de las grandes ciudades para respaldar el  Golpe Militar y el “retorno del espíritu” del Rais Gamal Abdel Nasser o un régimen parecido con apoyo de otras facciones militares. Es posible que un extraordinario hecho así, cambie todo el panorama internacional, nacional y social en el mundo árabe y musulmán. No olvidemos que NASSER represento para aquella parte del mundo una figura de probidad, transparencia y de comprobada solvencia patriótica. Durante su presidencia jamás robo un centavo ni dejo robar a nadie. Murió sin fortuna, más bien pobre aunque dignamente. Si los estadounidenses y sus aliados logran secuestrar los ideales de la rebelión de las masas árabes e implantar una contrarrevolución, el terrorismo islámico de Al-QAEDA desataría una orgia de sangre para impedir el advenimiento de una democracia progresista. No obstante las masas urbanas y las clases medias egipcias rechazarían enérgicamente tal posibilidad. Lo más probable es que el el nuevo régimen sea un gobierno centrista de Unión Nacional, con representación influyente de los Hermanos Musulmanes, el Movimiento Cristiano Copto, el partido Wafd, la juventud “6 de abril” en su mayoría desempleados) las asociaciones obreras y profesionales, la Federación Egipcia de Sindicatos Independientes, todos ellos perseguidos o maltratados durante el régimen de Mubarak.

El Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, gobierno provisional del país hasta la celebración de nuevas elecciones, parecieran estar tomando en serio las advertencias de las masas y el propio destino existencial de ellos y su familia- A la fecha actual, ellos mismos se han encargado de destituir y poner bajo arresto a los generales más cercanos a Mubarak: general Habib AL-Dalí, ex ministro del interior (responsable de miles de desaparecidos, además de ladrón consuetudinario), el general Ahmed Shafiq, exjefe de las Fuerzas Aéreas. Pese a ser sobreprotegidos por Washington, pronto les seguirán Omar Suleiman, exjefe de los Servicios de Inteligencia y Seguridad del Estado (alias “el jeque torturador” y responsable de más de 50,000 víctimas brutalmente torturadas y asesinadas), el general Annan, Comandante general del ejército y el general Mohammed Hussein Tantawi, Jefe de las Fuerzas Armadas egipcias.

¿Quien es el gran perjudicado de la insurrección de las masas egipcias y el cambio sustantivo de poder que parece inminente en Egipto y en otros países de la región?  El gran perdedor es el Estado de Israel.  Pierde a su mejor amigo y aliado estratégico en el Mundo después de los Estados Unidos de América: HOSNI MUBARAK. A partir de ahora es probable que se opere un cambio geoestratégico y geopolítico que afectaría los intereses profundos del Estado de Israel, pues el Egipto de Mubarak era lo que le permitía a EE.UU. posicionar a Israel no solo como potencia dominante en la región sino mantener “el statu quo” en Palestina.

¿Quiénes son los beneficiarios de la revolución egipcia en marcha? Los ganadores son TURQUÍA- IRÁN Y SIRIA, pues de esa nueva alianza estratégica emergería un nuevo eje de poder no solo en el Mundo Árabe sino también en Asia Central post-soviética.  Esa alianza tripartita tendría el poder de desplazar y neutralizar política, diplomática y militarmente el Estado de Israel, aun cuando este ultimo disponga de un arsenal de 300 bombas atómicas.

En cuanto a EE.UU., un Egipto amigo y subordinado a prueba de cualquiera contingencia es algo vital para sus intereses estratégicos globales. En primer lugar para controlar el Golfo Arabigo-Persico donde se está levantando el temible desafío persa, luego para asegurar el transito fluido o expedito de sus naves de guerra y petroleras por el Canal de Suez, después, mantener el muy importante bombeo de gas egipcio a Israel (entregado a vil precio por Mubarak) desde el gasoducto de Sumed.  Finalmente, para prohibir el transito a través del Canal de Suez a las modernas naves de guerra de la Republica Islámica de Irán, sin importar el respeto a los términos de la Convención de Constantinopla, con destino a su aliada SIRIA visita que no solamente tiene como finalidad efectuar ejercicios navales conjuntos, sino también la de surtir los arsenales militares de HIZBOLLAH en Líbano con poderosos y mortíferos misiles iraníes de muy largo alcance. Esto es lo que presume el espionaje y la inteligencia militar israelí combinadas (MOSSAD-AMAN) y la estadounidense (G-2).
En el fondo, ni EE.UU. ni Occidente temen una amenaza fundamentalista islámica porque saben que los yijadistas no tienen capacidad alguna de tomar el poder en este momento histórico. El pánico de Washington es el surgimiento de  gobiernos nacionalistas de inspiración nasseriana o islamitas simpatizantes del modelo turco, con una agenda socialista árabe y en contraposición a la política exterior del Estado de Israel y su alianza estratégica con Estados Unidos de América.

(ATENCIÓN: LA SEMANA PRÓXIMA GEOPOLÍTICA MUNDIAL PUBLICARA LA SEGUNDA PARTE DEL ESTUDIO “LA REBELIÓN DEL MUNDO ÁRABE Y SU ONDA EXPANSIVA”, INTITULADA “LA CUESTIÓN LIBIA, ARGELIA Y LA DESESTABILIZACIÓN DE LAS PETRO-MONARQUIAS”.  TAMBIÉN USTED PODRÁ TENER ACCESO A UN PROGRAMA FILMADO EN VIVO SOBRE LA TEMÁTICA Y OTRAS CRISIS MUNDIALES A PARTIR DE LA SEMANA ENTRANTE Y EL TAL ESTARÁ DISPONIBLE EN LA RED SOCIAL INTERNACIONAL “KAOSENLARED”- sección Panamá).